El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, aseguró este miércoles en conferencia de prensa que el Departamento de Estado norteamericano ofreció a la isla un millón de dosis de vacunas contra el coronavirus.
El ministro calificó la oferta de "oportunista" y dijo que Cuba estaría dispuesta a donar sus vacunas de cosecha propia, junto con las ofrecidas por Estados Unidos, a un tercer país que las necesitara.
"Están ofreciendo vacunas a una población ya vacunada, incluso, cuando está avanzando el programa de la dosis de refuerzo, pero además plantean requisitos estrictos e injerencistas, como la obligación de realizar estudios clínicos en Cuba con esas vacunas", afirmó Rodríguez Parrilla.
Agregó, además, que los encargados de la donación exigen responsabilidad legal de compensación por efectos secundarios, estudios clínicos para cerciorarse que sean compatibles con los inmunógenos cubanos y monitoreo por agencias norteamericanas del destino final de la aplicación de las vacunas.
“¿Qué sentido tiene esa oferta oportunista a última hora, cuando ya no tendría efecto práctico alguno? ¿Por qué el oxígeno no, y vacunas ahora sí? ¿Por qué vacunas no, cuando más falta nos hubieran hecho? ¿Por qué no facilitar la importación de los insumos imprescindibles para el enfrentamiento a la pandemia y para el desarrollo y el escalado industrial de las vacunas?”, se preguntó el ministro.
“Hemos respondido al gobierno de Estados Unidos con una explicación respetuosa y estrictamente apegada a la verdad, con las razones por las cuales esa donación no contribuiría a mejorar la salud de los cubanos ni tendría impacto epidemiológico alguno”, añadió.
El canciller cubano dijo que la Isla ofreció a la administración Biden que utilice esa donación de conjunto con otra donación de vacunas cubanas para la inmunización en algún otro país altamente necesitado de ellas.
“Reitero hoy el ofrecimiento que hicimos antes de manera privada al gobierno de Estados Unidos, de una operación triangular, conjunta, y estamos en contacto con algunos gobiernos de países que reúnen estas condiciones”.
Los medios oficialistas cubanos han criticado antes a COVAX, el mecanismo de la OMS para la distribución de vacunas anti COVID-19.
Cuba ha emprendido una campaña de vacunación masiva con candidatos vacunales propios, que aún no han sido autorizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El Ministerio de Salud cubano, sin embargo, las considera con altos niveles de efectividad en la lucha contra la pandemia.
El Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) -la autoridad reguladora cubana- ha dado el visto bueno a Soberana 01, Soberana 02 y Soberana Plus, que son desarrollados por el Instituto Finlay de Vacunas (IFV); además de Abdala y Mambisa (esta última tiene la peculiaridad de ser administrada mediante un espray nasal), creadas por el CIGB.
En agosto, el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel prometió que en septiembre toda la población vacunable contra la COVID-19 en la isla estaría dentro de los esquemas de inmunización que aplica el país, al menos con una dosis, y en noviembre el 92,6 % de los habitantes de Cuba ya habrían recibido las tres dosis, incluidos niñas, niños, adolescentes y jóvenes de dos hasta los 18 años, 11 meses y 30 días de edad.
Sin embargo, al cierre de octubre era de un 65.1% la población cubana totalmente vacunada contra el COVID-19. Un 88.9% de la población vacunable había recibido al menos una dosis de alguno de los inmunógenos.
Las cifras de contagios y muertes por la pandemia se han ido reduciendo en las últimas semanas, según las estadísticas diarias del MINSAP.
En la última jornada, se reportaron 4 fallecidos por coronavirus y 413 nuevos casos.
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