Gobierno cubano casi triplicó pensiones a exmilitares

Hasta el momento, el gobierno cubano no ha hecho pública la medida.

Militares jubilados cubanos © Granma
Militares jubilados cubanos Foto © Granma

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Este artículo es de hace 2 años

El gobierno cubano casi triplicó recientemente el importe de las pensiones de militares jubilados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ministerio del Interior (MININT), reconocieron algunos beneficiados a CiberCuba, contentos por la medida que les permite afrontar, un poco mejor, la carestía de la vida.

"Muchos de nosotros nos jugamos la vida por esta revolución y también pasamos necesidades, así que nos merecemos el aumento porque las pensiones no nos alcanzaban para casi nada, tras el aumento de precios que estamos teniendo en los últimos meses", declaró uno de los agraciados.


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En varios casos de militares jubilados se produce una duplicidad de ingresos, porque trabajan en empresas de Gaesa y extranjeras acreditadas en Cuba; percibiendo salarios por sus actuales desempeños, más su jubilación triplicada que, en algunos casos asciende al cuádruple.

Un ex oficial del Minint que, hasta ahora percibía 2.400 pesos de pensión, empezará a cobrar casi diez mil, reconoció.

Hasta el momento, el gobierno cubano no ha hecho pública la medida y una subida previa de pensiones a los ex militares se anunció en junio; con un incremento de 1.528 pesos (63 dólares al cambio oficial,), como parte de la unificación monetaria, vigente desde comienzos del año pasado.

Los beneficiados entonces fueron 12.379 excombatientes del Ejército Rebelde y la lucha clandestina (1956-1959) jubilados por edad, incluidos 4.288 que no recibían ningún tipo de subsidio, publicó el periódico estatal Granma.

Tampoco existe explicación oficial de dónde ha salido el dinero para asumir el incremento de pensiones a ex militares, y en el restrictivo Presupuesto recién aprobado no se recoge partida alguna para asumir el gasto, que parece extraordinario y orientado a rebajar el descontento entre ex uniformados por la hiperinflación; aunque aumente la brecha con los jubilados civiles y el resto de los cubanos.

Hace tres días, un músico jubilado de Caibarién, criticó el escaso poder adquisitivo de la mayoría de los pensionistas cubanos.

La dolarización de la economía cubana, su debilidad estructural, la carencia de una política económica realista y un reciente anuncio del gobierno de Nicaragua -pactado como aliviadero migratorio con La Habana, tras el estallido del 11J- provocaron una hiperinflación en la isla, aumentando la pobreza y desigualdad de manera notable en 2021, con aguda escasez de alimentos y medicinas, y una notable subida del dólar y el euro en el mercado informal.

"A mi no me han aumentado nada y tengo que pagar los productos igual de caros que esos compañeros", dijo una ex combatiente de la revolución cubana, que militó en el Movimiento 26 de julio, trabajó siempre en el sector civil y que redondea su pensión con las remesas de sus hijas emigradas en Estados Unidos.

"Ahora (el gobierno) están como loquitos, queriendo resolver problemas y atendiendo a compañeros; y me alegro por los que cobran más, pero quizá algún día tengan que agradecer su mejoría económica a los muchachos que salieron a protestar en julio; yo lo que sé es que estas cosas con Fidel (Castro) no pasaban", ironizó.

Las pensiones que cobran los jubilados general de ejército Raúl Castro Ruz y el ex dirigente comunista José Ramón Machado Ventura; los sueldos del presidente, el primer ministro, miembros del gabinete, los principales dirigentes del partido comunista y el estado, y del presidente de GAESA no han sido informados públicamente.

Cuba tiene la población más envejecida de América Latina y buena parte de los cubanos en edad activa han emigrado en busca de mejores condiciones de vida; generando un déficit en la caja de pensiones estatal, aliviado parcialmente con las remesas familiares, pero carente de un plan gubernamental para afrontar uno de los retos sociales más complicados.

Hasta la fecha, el gobierno cubano no se ha adherido a un pacto iberoamericano sobre pensiones que permitiría a cubanos emigrados, con vida laboral previa en la isla, redondear su futura jubilación con esos años cotizados en Cuba; pese a los continuos pronunciamientos de La Habana de querer normalizar sus vínculos con la emigración, que también soporta altas tasas por servicios consulares y trámites oficiales.

La diferenciación entre militares profesionales y civiles viene de lejos en el castrismo, con un primer intento, coordinado por el entonces jefe de Estado Mayor General, Senén Casas Regueiro, para dotar de mejores ingresos y condiciones de vida a los oficiales en activo; pero fracasó por la endeblez y dependencia económica de Cuba.

En esa línea se inscribieron los edificios de apartamentos para militares, visiblemente mejores, que los llamados de microbrigadas; entre los que destacó el de los generales, en Kholy; pero el bombardeo de la OTAN a una edificación similar en Belgrado (antigua Yugoslavia) aconsejó deslocalizar el generalato castrista en varios inmuebles, que siguieron siendo propiedad de las FAR.

Un segundo intento se produjo en las postrimerías del castrismo, cuando con ayuda del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez, se levantaron barrios de militares, la mayoría en el oeste de La Habana, con edificios más confortables, dotados de garajes, porteros automáticos y otras comodidades casi desconocidas en Cuba.

Antes de jubilarse, Raúl Castro ascendió a generales y los nombró como jefes de ejército y de unidades de designación directa a algunos camilitos y cadetes, que recibieron casas de la extinta burguesía republicana en barrios como Kholy, La Coronela, Atabey y Siboney y en barrios equivalentes en sus regiones de destino.

Más recientemente, el presidente Miguel Díaz-Canel conformó su propio complejo residencial, en las cercanías del Palacio de Convenciones, uniendo varias residencias, casi frente a la fábrica de habanos Cohíba; mientras que el general de división, Luis Alberto Rodríguez López-Calleja y su protegido, el primer ministro, Manuel Marrero Cruz, eligieron mansiones más apartadas, en Siboney; en todos los casos, se hizo el traspaso de propiedad a sus actuales inquilinos, una novedad en el ordenamiento inmobiliario estatal cubano.

Una fuente de Palco Inmobiliaria, absorbida por Gaesa en junio de 2021, comentó que los cambios de propiedad se registraron notarialmente, pero se negó a facilitar copias.

Cuba, a diferencia de países latinoamericanos, Estados Unidos, Gran Bretaña o España, carece de una residencia oficial, donde habitan los presidentes y primeros ministros durante el ejercicio de su mandato.

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Carlos Cabrera Pérez

Periodista de CiberCuba. Ha trabajado en Granma Internacional, Prensa Latina, Corresponsalías agencias IPS y EFE en La Habana. Director Tierras del Duero y Sierra Madrileña en España.


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