KIEV (Reuters) - Mientras las tropas rusas se acercaban este jueves a Kiev, capital de Ucrania, una obra de construcción en un barrio local estaba repleta de trabajadores y soldadores del promotor inmobiliario KAN.
En lugar de casas y oficinas estaban fabricando gigantescas barricadas metálicas antitanque conocidas como "erizos", y barreras más pequeñas con púas destinadas a detener vehículos con neumáticos.
Después de que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, KAN, una gran empresa inmobiliaria local, se reinventó para ayudar a la defensa de la ciudad de 3,4 millones de habitantes.
Zakhar, un capataz, tomó el teléfono y empezó a llamar a los trabajadores de la construcción de la empresa que se habían quedado en Kiev. Casi todos se ofrecieron a permanecer y contribuir, dijo.
"Construimos cosas. No sabemos luchar, pero sabíamos que podíamos ser útiles", dijo Zakhar. A unos metros de distancia saltaban chispas mientras los constructores cortaban y soldaban grandes vigas de metal.
Es otro ejemplo de cómo los civiles ucranianos están apoyando a las tropas regulares en su intento de repeler el avance ruso, incluso a través de las unidades de defensa civil y las milicias independientes que se han formado en todo el país.
Rusia dice que sus acciones en Ucrania son una "operación especial" no diseñada para ocupar territorio, sino para destruir las capacidades militares de su vecino y capturar a los que llama peligrosos nacionalistas.
El ejército ucraniano se ve empequeñecido por el de su poderoso vecino, pero la resistencia en la primera semana del conflicto ha frenado el avance de Rusia, sobre todo en las zonas urbanas.
Hasta ahora, Rusia ha capturado una ciudad ucraniana -el puerto de Jersón, al sur del río Dniéper- y ha bombardeado otras con creciente intensidad, entre ellas Kiev y la segunda ciudad del país, Járkov.
Una gigantesca columna de blindados rusos se ha estancado al acercarse a Kiev desde el norte, retrasada por la resistencia, los fallos mecánicos y los atascos, según el Ministerio de Defensa británico.
Cientos de miles de personas han huido de la violencia y han cruzado a los países vecinos. A los hombres en edad de combatir se les impide salir de Ucrania.
"Lanzaremos lanzas"
El 25 de febrero, el alcalde de Kiev y excampeón mundial de boxeo, Vitali Klitschko, dijo que la ciudad "ha pasado a la fase defensiva".
Se trajo equipo pesado para construir puestos de control de hormigón, posiciones de bloqueo y búnkeres dentro de la ciudad y a lo largo de todas las carreteras principales y en los suburbios.
En la KAN, los trabajadores cortaron largas piezas de viga con sopletes y amoladoras angulares, soldándolas para formar barreras triangulares utilizadas para reforzar las fortificaciones y frenar el movimiento de los tanques y los vehículos blindados de transporte de tropas.
Oleksandr Bodyuk, director adjunto de la empresa, dijo que los trabajadores también usaban barras de refuerzo y vigas rescatadas de las obras de construcción para producir defensas móviles con pinchos contra los vehículos con neumáticos, incluidos los camiones.
Hasta ahora, la fábrica improvisada, que empezó a funcionar esta semana, ha producido 110 erizos de gran tamaño, 40 de ellos en las primeras 12 horas, dijo Bodyuk, y añadió que la empresa gestiona otros lugares similares en la ciudad.
"Tenemos demandas de muchos lugares para este tipo de dispositivos de bloqueo, los entregamos dondequiera que se necesiten en la zona (...) los subcontratistas y los amigos están proporcionando el transporte para los productos y el material", dijo.
Andriy Kryschenko, vicealcalde de Kiev, que llevaba uniforme militar, dijo que muchas empresas y talleres similares se habían adaptado para producir erizos, barreras de hormigón y otras defensas.
Añadió que decenas de miles de personas en Kiev habían recibido armas y muchas más estaban esperando en las oficinas de alistamiento y reclutamiento. El ayuntamiento también estaba apoyando a las unidades de Defensa Territorial y a las tropas en la línea del frente, dijo Kryschenko.
En la obra de construcción, Serhiy Serdyuk, un soldador canoso de unos 50 años, dijo que los trabajadores estaban dispuestos a tomar las armas y unirse a la lucha. "Si tenemos que hacerlo, cuando se acaben los materiales, fabricaremos lanzas y les lanzaremos lanzas".
(Reporte de Aleksandar VasovicEditado en español por Javier López de Lérida)
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