El científico cubano Eduardo López-Collazo fue elegido para integrar la membresía de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL), en reconocimiento a sus aportes investigativos.
“Me es grato comunicar que he sido seleccionado como miembro de la Academia de Ciencias de América Latina”, dijo y agregó que la ACAL es “una institución dedicada a promover el desarrollo de las ciencias y sus aplicaciones en beneficio de la integración humana, cultural y social”.
En declaraciones a CiberCuba, López-Collazo dijo que el nombramiento constituye un reconocimiento a tres décadas de quehacer científico, y especialmente bienvenido en los momentos actuales.
“Entre tanto ruido con la pandemia y las dudas que han caído sobre los científicos, este reconocimiento ha sido un balón de oxígeno. Pertenecer a este tipo de organizaciones que rompen fronteras geopolíticas a favor del desarrollo y difusión de la ciencia siempre ha sido un sueño que ahora veo cumplido. Por otra parte, está la palmaria constancia de que nos estamos haciendo viejos”, expresó.
En cuanto al criterio de selección de la ACAL, el científico precisó que el consejo de la Academia “vista la opinión favorable de una calificada mayoría de los Académicos, acordó nombrarme como miembro de la Institución y por tanto académico, por coincidir la orientación de su trabajo con los fines propios de la Academia que son, principalmente, la actividad científica de alto nivel, los aportes para el progreso de la ciencia y la integración de América Latina y el Caribe, a través de la cooperación científica”.
López-Collazo reside en Madrid desde la década de 1990 donde cursó estudios doctorales y dirige el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Universitario La Paz.
Nacido en Cuba y nacionalizado español, ha desarrollado su carrera científica desde un extremo al otro de la ciencia y la geografía. Se graduó en la Universidad de La Habana como Físico Nuclear e inmediatamente se interesó por la biomedicina.
Obtuvo su doctorado en Farmacia en la Universidad Complutense de Madrid (Cum Laude y Premio de excelencia) y ha realizado varias estancias en importantes centros de investigación de Alemania, Estados Unidos y Reino Unido.
Durante 30 años se ha centrado en el estudio de las defensas humanas en situaciones patológicas como el cáncer, la metástasis, las enfermedades infecciosas y recientemente la COVID-19. En estas áreas ha realizado importantes aportaciones recogidas en más de un centenar de publicaciones científicas indexadas y de alto impacto, actividades que alterna con su labor como director científico de Investigaciones Sanitarias del Hospital La Paz desde 2013.
Premios y distinciones como 100 mejores Ideas del Diario Médico (2005), Premio Internacional Alan Turing de Innovación (2017) y el Premio Diversa (2021) avalan su contribución a la ciencia mundial. Por su trayectoria, fue elegido en 2021 como uno de los 100 españoles más relevantes según Forbes.
Actualmente su grupo de investigación lidera varios proyectos de investigación con el objetivo de establecer mejores criterios de predicción para los pacientes con COVID-19 persistente, estudiar la calidad y duración de la inmunidad que generan las vacunas contra el SARS-CoV-2 y los efectos de la COVID-19 persistente.
La buena nueva viene tras la publicación de un estudio dirigido por el científico sobre la respuesta humoral y celular de cuatro vacunas contra el coronavirus y que reveló que los inmunógenos basados en ARNm han dado un mayor nivel de anticuerpos neutralizantes que las vacunas de vectores virales.
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