Cuba registró este año la peor cosecha de azúcar en más de un siglo de historia, consiguiendo apenas superar la mitad de lo planificado por el gobierno que encabeza Miguel Díaz-Canel, enfrentado a otro golpe por su gestión de la actual crisis económica del país.
Luego de informar que el grupo empresarial Azcuba ya había cumplido con la cuota de azúcar crudo correspondiente a la canasta familiar normada del año, el oficialista periódico Granma reconoció que “la zafra 2021-2022 no empezó bien y su desarrollo tampoco tuvo un comportamiento favorable de manera general”
Con solo el 52% de cumplimiento del plan de producción previsto, la actual campaña de zafra pasa a la historia de la industria azucarera cubana como la peor en toda su historia con aproximadamente 474,000 toneladas del azúcar. La cifra es casi la mitad de la conseguida el año pasado, que también había marcado récord histórico.
La campaña 2020-2021 produjo 792,000 toneladas de azúcar, una producción que apenas cumplió el 66 por ciento del plan previsto de 1.2 millones de toneladas y que se llevó el dudoso honor de convertirse en la de peores resultados en los últimos 120 años en Cuba.
Con 318,000 toneladas menos que la anterior, la actual zafra azucarera ni siquiera alcanzó el objetivo rebajado de 800.000 toneladas. Ni aún rebajando el plan con respecto al año anterior: las autoridades han tenido que reconocer que apenas consiguieron un cumplimiento del 50 por ciento.
A pesar del estrepitoso fracaso de la zafra, las autoridades cubanas se empeñan en decir que con la producción de este año (474 mil toneladas) está cubierta la cuota de azúcar crudo correspondiente a la canasta familiar normada.
La afirmación, publicada por Granma, contradice los datos de los expertos que consideran que Cuba consume entre 600,000 y 700,000 toneladas de azúcar anualmente, y tiene además comprometidas otras 400,000 toneladas en un acuerdo comercial con China.
Azcuba, la empresa azucarera estatal, atribuyó el déficit principalmente a la falta de insumos, incluido oxígeno para la producción de azúcar, fertilizantes, pesticidas, combustible y repuestos para la maquinaria de las fábricas.
"El factor financiero fue otro de los más influyentes en los resultados de la zafra, agudizado por el recrudecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero del Gobierno de Estados Unidos contra la isla, lo que impactó directamente en la adquisición de recursos para la reparación y mantenimiento de la maquinaria, el transporte y la industria", dijo a Granma, Dionis Pérez Pérez, director de Informática y Comunicaciones de la empresa estatal.
Problemas relacionados con la "disciplina administrativa, laboral y tecnológica" siguen sin resolverse, añadió el directivo que esgrimió en primer lugar el argumentario predilecto del régimen cubano, culpando al “bloqueo” estadounidense de todos los males del país, una justificación gastada y desacreditada entre los cubanos.
En diciembre, el ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, aseguró que este 2022 el país planeaba producir 911.000 toneladas de azúcar, de las cuales 500.000 toneladas se destinarían al consumo interno y el resto a la exportación. La cantidad conseguida no satisface ni las necesidades de consumo interno, por mucho que Azcuba afirme lo contrario.
Garantizar la ración mensual de azúcar “prieto” (sin refinar), subsidiada por el Estado, implicará seguramente esfuerzos financieros adicionales para el país. Tampoco queda claro en la nota de Granma qué pasará con las 400,000 toneladas comprometidas en el acuerdo comercial con China
Tras el fracaso de la anterior campaña, Díaz-Canel llegó incluso a afirmar que "era imprescindible cambiar la manera en que se ha hecho la zafra hasta el momento e incorporarle otra forma de pensamiento" si se quieren lograr los resultados que necesita el país.
Por su parte, el primer ministro Manuel Marrero Cruz dijo que según los resultados de la evaluación, se adoptarían “las medidas que correspondan para garantizar en un futuro la vitalidad de estas actividades, que tanto han significado en lo económico y en la historia de Cuba”.
De los 156 centrales que molían caña en 1959, apenas quedan medio centenar operativos en la actualidad. La reducción de la capacidad industrial es resultado del plan concebido por Fidel Castro en 2002, cuando ordenó desmantelar 120 de los 165 que estaban en funcionamiento por entonces.
El resultado de esta zafra viene a confirmar que la economía cubana está al borde del colapso total. Recientemente se conocía la noticia de que la producción de níquel y cobalto del país también había caído considerablemente en los últimos meses.
A principios de este año, el gobierno cubano adelantó su propósito de aumentar sus exportaciones en casi 10 mil millones de dólares, en productos como níquel, tabaco y azúcar. Sin embargo, algunos economistas como el profesor Elías Amor sostienen que mientras exista un diseño empresarial controlado por el estado y se mantengan las empresas sin recibir importantes inversiones, los niveles de producción en la isla serán irrisorios.
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