Arquitecto señala los "puntos oscuros" en construcción del hotel más alto de Cuba

“La construcción de un hotel no es noticia en ningún lugar del mundo. Ni siquiera en Cuba lo había sido antes. Sin embargo, la construcción de la torre en medio del Vedado habanero parece ser un mal parto. Ha empezado mal y no parece ir a mejor”, señaló un arquitecto cubano que trabaja en Berlín.

Hotel en construcción en la Avenida 23 del Vedado, La Habana (marzo 2022) © CiberCuba
Hotel en construcción en la Avenida 23 del Vedado, La Habana (marzo 2022) Foto © CiberCuba

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Este artículo es de hace 2 años

Un arquitecto cubano radicado en Berlín señaló la presencia de "puntos oscuros" en la construcción del hotel más alto de Cuba, ubicado en un céntrico enclave del habanero barrio del Vedado y perteneciente al conglomerado empresarial militar de GAESA.

“La construcción de un hotel no es noticia en ningún lugar del mundo. Ni siquiera en Cuba lo había sido antes. Sin embargo, la construcción de la torre en medio de El Vedado habanero parece ser un mal parto. Ha empezado mal y no parece ir a mejor”, señaló este sábado el arquitecto Rafael Muñoz, calificando la obra acometida por el régimen cubano de construcción “al trozo modo”, o chapucería.


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Captura de pantalla Facebook / Rafael Muñoz

Los señalamientos del especialista ponen el foco en lo que, según pudo apreciar por fotografías, podrían tratarse de defectos constructivos de mayor y menor consideración, así como de violaciones de las medidas de seguridad e higiene del trabajo.

El arquitecto, que participa en la construcción de un hotel en Berlín, comparó ambas obras para resaltar las deficiencias y carencias del proyecto a cargo de la empresa inmobiliaria Almest, una sucursal del Grupo de Administración Empresarial S.A. (GAESA), bajo el control del general de división Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, exyerno del dictador Raúl Castro y tesorero del régimen.

“No voy a hablar ahora de todo lo que sabemos, del irrespeto a las leyes urbanísticas, del uso de materiales equivocados, de la contratación de proyectos extranjeros en detrimento de profesionales locales, del disparate económico que representa, sino literalmente de ‘el parto’ pues he visto esta foto hoy y, como arquitecto, no me queda más remedio que señalar los puntos oscuros de esta construcción”, expresó Muñoz en su publicación.

El proyecto, cuya inversión se anuncia de capital "100% cubano", se levanta en la esquina de las calles 23 y K, frente a la popular heladería Coppelia, en el llamado "hueco de 23" y su terminación está prevista para este año. Con 154 metros de altura y 42 pisos, el hotel de categoría cinco estrellas será el más alto de la isla y tendrá 565 habitaciones.

Según cálculos conservadores de Muñoz, la inversión de GAESA “sobrepasará sin mucho esfuerzo los 55 o 60 millones de dólares (por lo bajito)”. Teniendo en cuenta el millonario desembolso, el arquitecto se pregunta cómo es posible que se hayan cometido tantas irregularidades y chapucerías en su construcción.

Facebook / Rafael Muñoz

Refiriéndose a los “puntos oscuros” que se aprecian en el hormigón, a los que en la jerga del gremio se le conoce como “cucarachas”, Muñoz afirmó que se trata de “lugares a los que, por falta de vibración, la masa de hormigón no llegó y quedaron oquedades en su superficie”.

“La reparación es costosa y requiere de materiales y resinas especiales si se hace bien. Lo malo de las cucarachas es que solo puedes ‘tapar’ los huecos que quedaron a la vista, sobre la superficie. Pero ¿Y los que no se ven? ¿Las que quedaron en medio del hormigón? Bien, gracias”, criticó el arquitecto cubano, alertando de un defecto que se observa en toda la estructura de hormigón y que podría afectar la calidad de la obra, contribuyendo a la rápida oxidación del acero empleado en la armazón.

Los bordes y uniones entre elementos también están entre las chapucerías detectadas por el arquitecto. “Nuevamente el color es otro. Delata un segundo vertido de hormigón para corregir el fallo del primero”, indicó.

En cuanto a la calidad de terminación de la superficie de una pared ciega de la fachada, el especialista opinó que “no es buena”. “Las luces y las sombras en una pared vertical son siempre señal de que algo no fue según lo planeado. Ya dirá alguien que va a ser revestida y no se ve, pero no deja de ser una mala calidad del vertido, un hacer las cosas ‘al trozo modo’”, sostuvo Muñoz.

Por último, el arquitecto preguntó por el cumplimiento de “las leyes de Protección e Higiene del trabajo” de la obra acometida por GAESA. “En Cuba existen, están escritas y son de obligatorio cumplimiento”, aseguró.

Medidas de seguridad en construcción de hotel en Berlín. Facebook / Rafael Muñoz

“¿Dónde están las protecciones y señalizaciones con los colores correspondientes para los trabajadores? ¿Por qué se colocan solamente una malla en los pisos altos y no en todo el edificio como corresponde y prevén las normas cubanas? ¿Hay que esperar a que alguien caiga al vacío para lamentar la pérdida, culpar al bloqueo y prometer una investigación de algo que se ve a simple vista antes de que pase?”, cuestionó.

Y siguió preguntando: “¿Dónde está la protección a los transeúntes, edificios colindantes y la ciudad? ¿Recuerdan la protección de transeúntes aplastada en el restaurante Moscú de solo dos o tres pisos de alto hace una semana? ¿Qué creen que pasaría si de manera accidental o intencional se desprendiera un ladrillo, una carretilla, un vagón y cayera desde el piso 20 sobre la calle 23 encima de una guagua? ¿O si de pronto, como consecuencia de las lluvias de estos días se formara un vendaval y comenzara a volar cemento y materiales sobre la ciudad?”.

Medidas de seguridad en construcción de hotel en Berlín. Facebook / Rafael Muñoz

“No es el bloqueo o el destino… Como escribí hace poco, cuando un hotel vuela [explota] es consecuencia de la suma de muchas negligencias, de mal trabajo, de ignorar normas, procedimientos y leyes. Ya lo vimos en el Hotel Saratoga o en el elevador que cayó en el Meliá Habana”, añadió.

Comparando la construcción del hotel de GAESA en La Habana con el de Berlín, en el que trabaja el propio Muñoz, el arquitecto resaltó las diferencias entre las medidas de protección e higiene del trabajo en una y otra obra.

“Asegurar que no ocurran accidentes no sobrepasa el 1% del costo de la obra, pero puede asegurar vidas o daños a terceros. Además, es mostrar respeto por la vida y la propiedad ajenas. Pero si eso no bastara, sería al menos para cumplir las leyes cubanas”, concluyó el arquitecto.

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