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Fábrica estatal produce hamburguesas y croquetas con harina de yuca en Camagüey

Producen unas 3,5 toneladas de esa harina al mes, con la que se elaboran cada día unas 7,000 croquetas y hasta unas 600 hamburguesas.

Fábrica estatal produce hamburguesas y croquetas con yuca. © Adelante
Fábrica estatal produce hamburguesas y croquetas con yuca. Foto © Adelante

Este artículo es de hace 1 año

Una fábrica estatal de Camagüey produce hamburguesas y croquetas con yuca, tras crisis con la harina de trigo en el país, según reporte de medios oficialistas.

La Cooperativa del Créditos y Servicio 26 de Julio del municipio Jimaguayú procesa la yuca para obtener una harina que emplean para elaborar croquetas y hamburguesas, apunta un reporte del diario oficialista Adelante.

Para ello, explica la nota, procesan la yuca con una maquinaria que molía galletas, luego de quitarle la cáscara de manera manual, secarla al sol entre tres a cuatro días para después moler el tubérculo hasta convertirlo en harina.

La fábrica logra producir unas 3,5 toneladas de esa harina al mes, con la que se elaboran cada día unas 7,000 croquetas y hasta unas 600 hamburguesas que luego se comercializan a la población camagüeyana.

La idea es lograr producir diez toneladas mensuales de esta harina y extender esta práctica a otros territorios de la provincia, aseguró en el citado medio el primer secretario del PCC en esa provincia, Federico Hernández Hernández.

El uso de la harina de yuca se ha ido extendiendo por varios territorios de la isla en los últimos meses, ante la permanente escasez de harina de trigo, un insumo que siempre se ha importado en el país, a merced de las crisis globales y de la liquidez de las arcas gubernamentales.

En julio, directivos y trabajadores de la empresa de la Industria Alimentaria de Ciego de Ávila recurrieron a la harina de yuca y de arroz para “revertir saldos negativos”, como parte de las acciones enmarcadas en las “43 medidas destinadas al fortalecimiento de la empresa estatal”.

Innovadores de dicha empresa estatal construyeron una planta para producir harina de yuca. Según Invasor, todos los meses la planta produce más de seis toneladas del producto, una cantidad insuficiente, pero que “permite proteger algunas elaboraciones”.

La escasez de materias primas básicas como la harina de trigo, cuyo precio mundial se ha disparado con la invasión rusa de Ucrania, ha llevado a la empresa avileña a plantearse también la producción de harina de arroz, una “iniciativa” aprendida en intercambios de experiencias por otras provincias y municipios.

También en la vecina Sancti Spíritus, por esas fechas sus autoridades salieron a defender el uso de la yuca, calabaza, boniato, arroz y ñame como extensores para producir galletas y dulces, una alternativa alimentaria que revivió las prácticas de los años más cruentos del período especial en los 90, del pasado siglo, ante la escasez de harina de trigo.

El director de la Empresa Provincial de la Industria Alimentaria en Sancti Spíritus, Víctor Díaz Acosta, aseguró al medio oficialista Escambray que esos extensores han sido “una especie de salvación” en los últimos tiempos para ampliar las ofertas de alimentos y revitalizar las producción de galletas y repostería en ese territorio, que estuvieron paralizadas por falta de harina de trigo.

Solo se remitió a argumentar que es una práctica que no solo está asociada a problemas económicos y que se usa en el mundo

También reconoció que el uso de extensores en la panadería cubana no es una práctica habitual, aunque, puntualizó, que ahora llegaron para quedarse por sus aportes nutricionales, el mejoramiento de las texturas de las masas, además de que sustituyen importaciones con materias primas que se obtienen en el propio territorio.

Díaz Acosta, justificó, el empleo de los extensores con el uso que también se les dan en otras partes del mundo, aunque no hizo ninguna referencia específica a ningún país ni a las variadas y constantes producciones de alimentos que hay en otras naciones, incluso, bastante cercanas a la isla.

En mayo último, también la empresa provincial de la industria alimentaria de Ciego de Ávila comenzó a elaborar galletas de sal, dulces y el pan liberado, empleando de harina de yuca que ella misma produce, ante la imposibilidad de obtener harina de trigo.

Esa es una de las vías que encontró la entidad para poder seguir funcionando, tras cerrar el 2021 con 35 millones de pérdidas.

Otra de las alternativas es la elaboración de producciones "no acostumbradas", como las frituras de harina, barras de maní y otros dulces, que se fabrican en polígonos de producción, que no son más que áreas de trabajo con fogones que trabajan con leña.

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