Una familia de balseros cubanos se encuentra retenida desde hace más de nueve meses en la Base Naval de Guantánamo y podrían ser deportados.
Uno de los miembros de esta familia es una mujer embarazada, llamada Lisbeth, quien hace cinco años sufrió un severo ataque de violencia doméstica y recibió 21 puñaladas de su antigua pareja. En 2022 la joven decidió abandonar Cuba al conocer que su atacante sería liberado por las autoridades, según un reporte de Telemundo 51.
Lisbeth se embarcó con su hija pequeña y su nueva pareja en una operación de salida ilegal del país. Fueron detenidos por la Guardia Costera estadounidense y enviados a Guantánamo, donde se encuentran desde hace casi un año.
Su situación en este territorio se hace cada vez más difícil, sobre todo porque un nuevo bebé viene en camino y en la base militar no hay condiciones para dar seguimiento al embarazo. A esto se añade que podrían ser enviados a un tercer país.
Tras la crisis de los balseros de 1994, como parte de los acuerdos entre Washington y La Habana se estableció que los inmigrantes que sean interceptados y enviados a la Base Naval de Guantánamo no deben ir a Estados Unidos, sino reubicados en un tercer país.
Nancy Fernández, madre de la joven embarazada, reside en Estados Unidos y desde allí ha realizado múltiples gestiones para denunciar el caso de su hija y su nieta.
Ella quiere llamar la atención de los políticos, porque asegura que de ser repatriados, las vidas de sus familiares estarían en peligro.
Fernández tiene numerosas pruebas que muestran la violencia que sufrió su hija a manos de su anterior pareja y teme que el hombre pueda volver a atacarla.
"Tenemos momentos en que hablamos y lloramos, cuando las veo por videollamada. (...) El médico de allí le dio una carta argumentando que no hay condiciones para atender su embarazo", dijo preocupada Fernández.
El abogado Eduardo Soto está dando seguimiento a este caso. Señaló que hay una oportunidad para la familia a través del programa de visas humanitarias, y destacó que tienen un factor más a tener en cuenta, la joven fue víctima de violencia doméstica severa. "Merece estar en Estados Unidos", dijo.
"Pido que los políticos se sensibilicen con este caso, que les otorguen el parole humanitario y podamos tenerlas aquí pronto", dijo Fernández entre lágrimas. Los abogados explicaron que si el nuevo bebé nace en la Base Naval de Guantánamo sería ciudadano cubano.
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