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La administración de Joe Biden dijo este lunes que la visita de una delegación de alto nivel del gobierno cubano a instalaciones portuarias de Estados Unidos forma parte de esfuerzos conjuntos de “seguridad marítima”, y aclaró que no se trata de un cambio en la política de Washington hacia la isla.
“Esta coordinación no es nueva, ni representa un cambio en la política de Estados Unidos”, declaró a CiberCuba un alto funcionario del Departamento de Estado. “La Guardia Costera de Estados Unidos (USCG) y las Tropas Guardafronteras de Cuba mantienen desde hace décadas una relación de colaboración centrada ante todo en la seguridad marítima”.
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El funcionario recordó que la reunión más reciente de una delegación cubana como parte del Programa Internacional de Seguridad Portuaria tuvo lugar en 2019, durante la administración de Donald Trump.
Pero también enfatizó en que se ha comunicado a los funcionarios cubanos que no pueden esperar una relación sustancialmente mejorada con Estados Unidos sin abordar las preocupaciones sobre los derechos humanos.
“Hemos pedido reiteradamente al gobierno cubano, en público y en privado, la liberación inmediata e incondicional de todos los presos políticos”, manifestó el funcionario.
El Departamento de Estado confirmó que la delegación cubana estará compuesta por funcionarios del Ministerio del Interior (MININT), el Ministerio de Transporte y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX), quienes se reunirán esta semana con representantes de la USCG, y participarán en visitas supervisadas a instalaciones portuarias de Wilmington, Carolina del Norte.
No se precisó un calendario de la visita ni la fecha de llegada de la delegación. Se desconocen también los nombres de sus integrantes. Los organismos gubernamentales y la prensa oficial cubana no han informado de la reunión hasta el momento.
El anuncio de la comitiva cubana se produce en momentos en que afloran indicios de que Washington flexibilice su política hacia el régimen de Miguel Díaz-Canel y pueda retirar a Cuba de la lista de naciones patrocinadoras del terrorismo, lo cual se derivará en beneficios financieros internacionales para las entidades cubanas.
A cambio, el gobierno cubano pudiera liberar numerosos presos políticos y permitirles la salida del país, entre ellos decenas de ciudadanos condenados por participar en las protestas masivas del 11 de julio de 2021.
El viaje y recorrido de representantes cubanos por instalaciones federales ha desatado una tormenta de críticas de legisladores cubanoamericanos y grupos del exilio en Miami, quienes pidieron cancelar la visita, y alertaron sobre los peligros que implica para la seguridad nacional que agentes de un país patrocinador del terrorismo ingresen en sitio gubernamentales.
“Cuba no sólo sigue siendo un Estado Patrocinador del Terrorismo con Corea del Norte, Irán y Siria, bajo designación de Estados Unidos, sino que también sigue siendo una amenaza de contrainteligencia”, indicó una carta enviada al Secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas. La misiva la encabezan Mark Green, presidente del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, y Michael McCaul, presidente del Comité de Asuntos Exteriores, y aparece firmada por los congresistas por Florida, María Elvira Salazar y Carlos Giménez.
El congresista Mario Diaz-Balart dijo en una declaración que estaba “horrorizado con el anuncio”.
Díaz-Balart recordó un incidente ocurrido en 2013 en un puerto de Panamá, donde un barco norcoreano fue capturado con 240 toneladas de armamentos y municiones procedentes de Cuba. Un panel de la ONU lo consideró como una violación de las sanciones internacionales impuestas a Corea del Norte.
Previamente, el senador Marco Rubio escribió al presidente Biden con el pedido de suspender la visita por considerarla “un incumplimiento del deber que traiciona el juramento de proteger a Estados Unidos de enemigos extranjeros”.
Sin embargo, el Departamento de Estado señaló en que el Programa Internacional de Protección Portuaria pretende reducir los riesgos para los intereses marítimos de Estados Unidos, incluidos sus puertos y buques, y facilitar un comercio marítimo seguro a escala mundial.
“A través de las visitas recíprocas a los puertos, incluyendo la discusión y el intercambio de las mejores prácticas de seguridad portuaria, tanto la seguridad portuaria de Estados Unidos como la seguridad del sistema de transporte marítimo mundial se ven reforzadas”, indicó el funcionario estadounidense.
"Cooperar en ‘seguridad portuaria’ con esta dictadura antiamericana y maligna, que ha demostrado su apoyo a grupos terroristas como el ELN y las FARC, así como a adversarios como la China comunista, Rusia, Maduro e Irán, es extraordinariamente imprudente y peligroso", escribió Díaz-Balart.
El antecedente directo de esta reunión ocurrió el pasado mes, cuando se celebró en La Habana una reunión de alto nivel entre Estados Unidos y Cuba para tratar asuntos de interés bilateral sobre aplicación de la ley.
Durante la administración de Obama las visitas de altos oficiales del MININT en dependencias federales, incluyendo locaciones en Miami, abrieron un capítulo inédito en las relaciones bilaterales en tiempos de deshielo.
En abril de 2016, altos oficiales del MININT, entre ellos el coronel Idael Fumero Valdés, jefe de investigaciones de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), visitaron instalaciones militares estadounidenses en Florida. La delegación cubana visitó una dependencia de fuerzas conjuntas del Comando Sur en la base aérea y marítima de Cayo Hueso, y la estación de la Guardia Costera en el sector de Cayo Hueso.
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