Un oficial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) que afirmó encontrarse en Rusia contradijo las declaraciones del régimen cubano acerca de una “red de tráfico de personas” y aseguró que los 90 cubanos bajo su mando salieron de la Isla con pleno conocimiento de las autoridades.
“Ninguno de nosotros salió ilegal del país”, aseveró el subteniente de las FAR Lázaro González en declaraciones al programa 'A fondo' de América Radio. Tanto él como los 90 cubanos bajo su mando fueron reclutados en Cuba por una trama ilegal, sino mediante la firma de un contrato con el ejército ruso.
Como evidencia de la legalidad de la operación, González hizo énfasis en que las autoridades migratorias cubanas no sellaron su pasaporte a la salida de Cuba, una irregularidad que explicó como un procedimiento para que no quede constancia de la salida de exmilitares con destino a Rusia.
González, natural de Güines, provincia de Mayabeque, vivía en Cuba al momento de enrolarse al servicio del ejército ruso. Fue en Cuba donde firmó el contrato con el ejército, y aclaró que lo leyó en español y fue consciente de sus términos. Negó que le llegara a través de las dos mujeres que mencionan otras fuentes como reclutadoras por internet, pero declinó decir el nombre o la institución a través de la cual le llegó la oferta de Rusia.
Preguntado sobre el comunicado del MINREX y el editorial de Granma sobre “la neutralización y desarticulación de una red de tráfico de personas que opera desde Rusia para incorporar a ciudadanos cubanos allí radicados, e incluso algunos procedentes de Cuba”, calificó estas declaraciones como “mentiras”.
Subteniente e instructor francotirador, González afirmó haber sido oficial en activo de 2006 al 2014, y que incluso pasó “cursos con los rusos en la escuela de los cadetes Academia Militar Antonio Maceo, en Ceiba del Agua, provincia de Artemisa.
Ahora aseguró ser el “jefe de compañía al frente de todos los cubanos” y sostuvo que “no pasan de 90”. Asimismo, subrayó que todos bajo su mando “fueron conscientes de que iban a participar como parte del ejército ruso”, que no han recibido maltratos físicos y que se les ha pagado puntualmente.
Gonzáles y sus compañeros de armas salieron por Cayo Coco. Dijo que todos tienen conocimiento militar porque pasaron el “servicio”, todos leyeron el contrato en español y fueron sometidos a exámenes médicos una vez en Rusia. Y volvió a insistir en que las autoridades de migración no le pusieron el cuño en el pasaporte.
“A medida que el ejército ruso va ocupando zonas en Ucrania, los cubanos lo que hacemos es apoyar al ejército en esas ciudades y en esas zonas que están ocupadas, solamente eso. No ha habido maltrato físico y sí clases de preparación militar en Ryazan. A nadie se le ha retirado el pasaporte y la carta migratoria”, aclaró el exmilitar cubano.
El subteniente reconoció que se alistó “para beneficio suyo y de su familia” y eludió responder a la cuestión de si el régimen cubano sabe de estas contrataciones, aunque reconoció que tienen un control absoluto sobre los ciudadanos.
Preguntado por los dos jóvenes de 19 años que hicieron pública la denuncia de su reclutamiento como una “estafa”, González consideró que “todo el cubano que está aquí sabe para qué vino. Todo el que firma el contrato ya es militar y debe regirse por las leyes militares rusas”.
En ese sentido, el ejército ruso podría considerar traición las declaraciones ofrecidas por los dos jóvenes a medios de prensa. Pero González estimó que “se están haciendo trámites para sacar a los jóvenes de Ucrania y que el gobierno cubano no tome medidas contra ellos”.
“Eso depende ya del gobierno cubano”, dijo el oficial al mando de los cubanos en Rusia, que consideró estas declaraciones como una “difamación” y afirmó que hasta el momento “no hay muertos cubanos” en el campo de batalla, y que ellos están por detrás de la tercera línea de combate, aunque expuestos a la respuesta de los ucranianos cuando desarrollan sus labores de apoyo a la invasión en territorio ucraniano.
Sus palabras fueron confirmadas por otro cubano bajo su mando.
“Fíjate si ellos sabían [el gobierno cubano], que cuando nosotros salimos de Cuba, la gente de la Aduana no nos cogió el pasaporte, no nos puso cuño en el pasaporte cuando salimos del país. La única prueba que yo tengo de que salí del país es el pasaje”, dijo Ernesto González Martínez.
Preguntado si se consideraba un “mercenario”, tal y como lo plantea el régimen en su versión oficial, González Martínez preguntó a su vez: “¿Los que fueron a Angola no eran mercenarios? ¿Los que fueron a Bolivia no eran mercenarios? ¿Los que fueron a Vietnam no eran mercenarios?”.
“Entonces, nosotros, que estamos aquí para ayudar a nuestras familias, ¿por tener dinero sí somos mercenarios?”, dijo el cubano, dejando en el aire una pregunta que no para de dar vueltas en las cabezas de las autoridades, que buscan cómo salir airosas de un asunto que no hace más que complicarse y generar incertidumbre sobre los escenarios futuros de las relaciones diplomáticas del régimen totalitario de La Habana.
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