El régimen cubano inauguró el XXIV Festival del Habano, en medio de una crisis económica sin precedentes, que ha sumergido a los habitantes del país en un abismo de escasez y dificultades.
Este evento de lujo reúne a amantes del tabaco de todo el mundo en un suntuoso esplendor que contrasta con la realidad que vive la población de la isla, marcada por la carencia de alimentos imprescindibles como leche y pan.
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El Festival arrancó este lunes en el Palacio de las Convenciones de La Habana, donde acoge a más de 2,900 delegados de 108 países. Pone de relieve la paradoja de un sistema que promueve la opulencia para algunos, mientras la mayoría enfrenta la dura realidad de vivir sin lo más básico.
Apagones, carestía de alimentos, y una economía que sigue encogiendo el bolsillo de las familias son la dura cotidianeidad de un pueblo que ve con escepticismo las promesas de que las ganancias de eventos como este revertirán en la salud pública, un sistema que roza el colapso.
Durante la ceremonia inaugural del evento, que también incluye una Feria Comercial, el viceministro primero del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, Oscar Pérez-Oliva, resaltó la importancia de estos espacios de intercambio para el negocio y para la promoción de la cultura del habano.
La Feria Comercial del Festival del Habano se extenderá hasta el próximo 1ro de marzo. Participan 79 empresas de 11 países. La oferta destaca en ámbitos como la artesanía, la producción cultural, y los diseños exclusivos de humidores y estuches.
Mientras se enaltece el puro y su cultura, los cubanos luchan día a día por encontrar los productos más básicos, como el café. No hay en el país, pero los productores sí ofrecen sus cafés gourmet en este evento.
Todo se torna aún más doloroso cuando se tiene en cuenta que el sistema de salud se encuentra en estado crítico, mientras el régimen asegura, otro año más, que las ganancias de este Festival del Habano irán a ese sector.
El año pasado recaudaron 11.2 millones de euros en la subasta de humidores, pero todavía el pueblo espera que las inversiones lleguen al sector de la salud pública.
Mientras los cubanos esperan que el régimen transparente sus cuentas e informe el verdadero destino de los millones de dólares que se recaudan en este festival, los enfermos se ven obligados a buscar por medios propios lo que el Estado no les proporciona.
El primer mercado mundial fumador del tabaco cubano en la actualidad es China, seguido de España, Suiza, Alemania y Reino Unido. En América, los principales mercados son México, Canadá y Cuba.
El programa del Festival incluye visitas a plantaciones en Pinar del Río y a fábricas de habanos, así como conferencias y un seminario internacional, culminando una semana llena de actividades que rememoran los 30 años de Habanos S.A. y los 55 de la marca Trinidad.
La Corporación Habanos S.A., líder mundial en la distribución de puros cubanos, anunció este lunes que tuvo una facturación histórica de 721 millones de dólares en 2023. Hubo un incremento del 31% en los ingresos.
Mientras algunas cajas de habanos se venden por miles de dólares, hay cubanos que no pueden permitirse ni siquiera los productos más básicos, como proteínas en su alimentación. La exclusividad del Festival del Habano se contrapone a la cruda realidad económica en la isla.
Así es el carácter divergente del gobierno. Un país que se ufana de su reputación como productor de uno de los mejores tabacos del mundo, pero que a la vez, no es capaz de superar el desafío de garantizar a su pueblo las necesidades básicas.
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