La XXIV edición del Festival del Habano, un evento emblemático para los aficionados al tabaco a nivel mundial, finalizó con una recaudación de 17.8 millones de euros proveniente de la Subasta de Humidores.
La Presidencia de Cuba afirma que estos ingresos se destinan al Sistema Nacional de Salud Pública de la isla. Sin embargo, las deficiencias crónicas y la escasez de recursos en las instalaciones médicas sugieren lo contrario.
En esta edición del Festival del Habano, el régimen llevó a su prestigiosa subasta siete humidores con las siguientes características:
1. Humidor Cohiba, pieza única de base cilíndrica que permite rotar 360 grados, con una capacidad para 500 Habanos.
2. Humidor Trinidad, inspirado en los 55 años de la marca. Está confeccionado con madera de ébano y cedro español, contiene 450 Habanos. La vitrina, con higrómetro incorporado, controla la humedad y la temperatura.
3. Humidor Montecristo, recrea la “M” de su nombre y tiene una flor de lis bañada en oro de 24K que lo corona. Guarda 450 Habanos, con vitolas de La Línea 1935 y de la Línea Edmundo, entre otras.
4. Humidor Partagás, con base rectangular y geometría semi circular, tiene puertas ocultas, y control de humedad para conservar en óptimas condiciones 425 Habanos.
5. Humidor Romeo y Julieta, es exclusivo, con incrustaciones de metales con flash de oro que recrean las venas de las hojas de tabaco, se compone de 6 gavetas y tiene capacidad para 400 Habanos.
6. Humidor Hoyo de Monterrey, elaborado con maderas preciosas, atesora 375 vitolas representativas de la marca.
7. Humidor H. Upmann, de arce europeo con eucalipto marrón y adornos de madera de naranjo, con innovador sistema electrónico que eleva la tapa por control remoto, guarda 350 vitolas emblemáticas de la marca.
La recaudación de este año es una cifra récord, superior a la del 2023, cuando las autoridades declararon haber recaudado 11.2 millones de euros para la salud en Cuba.
Esto muestra una vez más la incongruencia entre el discurso oficial y la situación sobre el terreno, porque los hospitales en Cuba tienen un panorama cada año más desolador, con falta de medicamentos básicos y equipos médicos obsoletos.
La escasez de analgésicos, antibióticos, medicamentos para enfermedades crónicas y hasta de ansiolíticos es una constante que desmiente el supuesto destino de los fondos millonarios obtenidos en tales subastas.
Este evento, que se celebra anualmente, ve cómo los humidores cuidadosamente elaborados por artesanos cubanos y codiciados objetos de colección, alcanzan precios desorbitados.
Sin embargo, las cifras anunciadas como donaciones al Ministerio de Salud Pública no se traducen en una mejora visible del sistema de salud público cubano, que padece un deterioro progresivo y una carencia creciente de insumos y medicamentos.
Los fondos, que deberían proporcionar un respiro al asediado sistema de salud de la isla, parecen evaporarse antes de dejar algún impacto en la atención médica del pueblo cubano, perpetuando la crítica situación que enfrentan tanto los pacientes como los profesionales de la salud.
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