Basta con repasar la carta de un restaurante de Cuba para comprobar la depreciación del peso. Fijémonos, al azar, en La Rosa Negra, de La Habana: sopa de pollo a 600 pesos; arroz moro a 200, ropa vieja a 1.915 pesos, un café expreso a 150 pesos, una cerveza nacional a 340 pesos; masas de cerdo fritas, a 2.145 pesos... Los precios no aterrizan, se comen el sueldo cubano y se mantienen por las nubes.
De hecho, Cuba cerró el mes de mayo con una subida interanual de la inflación del 31% respecto al mismo mes del año pasado, según los datos que la ministra de Finanzas, Lourdes Rodríguez, compartió recientemente con un grupo de representantes de Mipymes, en tono positivo, por supuesto, aclarando que la tendencia no es superior a la del año pasado. Básicamente, ella ve los precios estables dentro de la gravedad, teniendo en cuenta que el acumulado de enero a mayo es del 15%. "Vamos en una tendencia que no va a un ritmo superior que en el año 2023, pero que tampoco detiene su crecimiento", advirtió.
Lo que no dijo la ministra, para no agravar el diagnóstico, es que la hiperinflación multiplica por 10 el dato de Estados Unidos (3,3 % en mayo y acumulado del 2,4% en 2024) y aunque parece poco, comparado con lo que se está viviendo bajo la gestión de Díaz-Canel, se nota y mucho. Por ejemplo, el aceite de oliva ha pasado en España, uno de los grandes productores europeos, de costar 3 euros y poco a 8-9 euros, el litro en apenas un año. Y la inflación está bajo control en España, décima arriba, décima abajo, en el 3,6% en mayo (interanual).
Esos precios del aceite de oliva en España no son nada comparado con una Isla atrapada en una espiral de subidas que, en opinión del economista Alejandro Hayes, depende en gran medida de la tasa de cambio, que hace tiempo escapó al control del régimen. Tanto es así que el Banco de Cuba ha llegado a culpar a El Toque, de la inflación en Cuba. El enemigo, siempre es externo.
"Todo el mecanismo de formación de precios del sector privado está influenciado por la tasa de cambio. Luego, dado el peso del sector privado en la oferta de bienes y servicios, se puede afirmar que sin reducir la tasa de cambio, no se puede eliminar la inflación. A esta idea se le añade la reciente dolarización de parte de la oferta de combustible, un eslabón clave en la formación de precios. Conclusión: con oferta de bienes y servicios de primera necesidad, como alimentos y combustible, que dependen del dólar, sin revertir la tasa de cambio no se puede revertir la inflación", señaló Hayes a preguntas de CiberCuba.
Según el economista cubano Emilio Emilio Morales en los últimos seis años la inflación se disparó en Cuba un 1.500% y, en su opinión, lo único que podría estabilizar el peso cubano es que se caiga el Gobierno.
En medio de este panorama, el régimen cubano tiene en mente topar el precio de los seis productos más consumidos en la Isla, según una encuesta que aseguran haber hecho. De esta forma, tendrían un tope el pollo (680 pesos), el detergente (630), la leche en polvo (1.675), los espaguetis (835), las salchichas (1.045) y el aceite (990 pesos). El problema, según admitió la propia ministra de Finanzas, es que productos como el pollo o la leche en polvo están desaparecidos.
A día de hoy, en La Habana, el aceite se vende por entre 1.100 y 1.200 pesos; el detergente está a 450 (por debajo del precio que quieren topar). Lo mismo pasa con el pollo, que cuando aparece está a 450 el paquete. La leche en polvo se vende por 2.500 y los espaguetis a 350. Esta diferencia de precios indica que el propio Gobierno tiene previsión de que los precios sigan subiendo en algunos de estos productos básicos.
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