A tan solo unos metros de la sede del régimen cubano en la Plaza de la Revolución, tres cubanos sin hogar sobreviven en una zona boscosa a la intemperie y gracias a la recolección de materiales reciclables que venden para subsistir.
Luis Leiva Marín, Juan Carlo y otro hombre, este de 57 años, declararon al portal Cubanet que llevan al menos un año en ese lugar y ya son como una familia.
Protegen sus pertenencias bajo hojas de plátano, y han improvisado un espacio donde cocinan, lavan su ropa y guardan la materia prima –latas y plásticos– que recogen diariamente para vender, dijeron al portal de noticias.
"Vendo plásticos, materia prima, busco mi latica, mi plástico y a vender", explicó Luis Leiva Marín, quien relató que tras un divorcio en Florencia, Morón, se fue para La Habana y terminó viviendo en la calle.
"Somos unidos, somos hermanos de la vida. No nos vamos a dejar morir, uno pela unas cosas, el pan, uno pela una vianda, hacemos café", expresaron.
El hombre de 57 años insistió en que mientras tenga fuerzas, seguirá luchando por ganarse la vida, mientras mostraba cómo almacenan agua en pomos plásticos para bañarse y cocinar. "Lucho 20 pesos porque no quiero pedir limosnas", señaló.
Por su parte, Juan Carlo contó que llegó a La Habana desde Santiago de Cuba. "En Santiago está peor la cosa, aquí está mejor. Ya este bosquecito es la casa de nosotros", dijo resignado.
La indigencia se ha disparado en Cuba desde 2021 a raíz de la implementación de políticas económicas fallidas que han empujado a la mayoría de la población a la extrema pobreza y a los jóvenes a las rutas migratorias.
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