El complicado caso del presunto complot del fallecido empresario cubanoamericano Sergio Pino para asesinar a su esposa Tatiana sigue ganando relevancia.
Esta semana salió a la luz una llamada telefónica grabada el 15 de julio, un día antes del suicidio de Pino. En la grabación, uno de los implicados en el supuesto plan de asesinato discute cómo ocultar las evidencias para evitar la atención del FBI.
La grabación se obtuvo después de que uno de los hombres aceptara cooperar con las autoridades e hiciera una llamada telefónica controlada al hombre que lo había reclutado para lo que el FBI describió como uno de los dos "equipos de asesinos".
Bajo la dirección del FBI, Avery Bivins, quien cumplía condena por intento de asesinato, contactó a Fausto Villar, un exconvicto por robo a mano armada.
Durante la llamada -dado a conocer por medios locales de prensa- Bivins intentaba calmar a Villar asegurándole: "Todo va a salir bien".
Villar, sin embargo, expresó su preocupación con un lenguaje en clave, diciendo: "El maldito humo tiene que despejarse. Todo tiene que despejarse... intenta defenderte". La tensión era evidente, pues Villar sabía que las autoridades estaban tras el complot.
El 15 de julio fue un punto clave en la investigación, pues al día siguiente el FBI arrestó a Villar y a Sergio Pino.
Aunque Pino evitó los cargos debido a su suicidio, las autoridades revelaron que ese mismo día había estado ajustando lucrativos acuerdos financieros.
El FBI sostiene que Pino había pedido a Villar que organizara el asesinato de Tatiana, su esposa durante 30 años, cuanto antes.
En la conversación del 15 de julio, Villar mostró inquietud, consciente de que algunos de los implicados ya habían sido arrestados.
"Deberías borrar tu Instagram. Borra tu Instagram", le aconsejó a Bivins, preocupado por el rastro digital que podría comprometerlos.
Aunque Villar solicitó ser liberado antes del juicio, el gobierno argumentó que representaba un riesgo de fuga, destacando una frase de la llamada en la que dijo: "No voy a volver a prisión".
Villar ya le había pagado a Bivins 75,000 dólares de un total de 150,000 prometidos por el asesinato de Tatiana, con un bono adicional si el crimen se realizaba sin ser detectado.
Aunque los nombres de los Pinos no se mencionan explícitamente en la llamada, la Fiscalía aseguró que Villar se refería a ellos.
En un momento, dijo a Bivins: "Al final del día, cuando todo esté dicho y hecho, estoy seguro de que habrá un pequeño regalo para mí y para todos vosotros".
Tanto Bivins como Villar, junto a otros siete hombres, enfrentan cargos por conspiración para cometer asesinato a sueldo, aunque todos se han declarado inocentes.
Bivins informó al FBI que Sergio Pino había intentado sin éxito que Tatiana aceptara una oferta de divorcio de 20 millones de dólares. La fortuna de los Pino superaba los 153 millones, según documentos judiciales.
El 23 de junio, uno de los hombres reclutados por Bivins había intentado atacar a Tatiana en las inmediaciones de su residencia, pero ella logró escapar.
Semanas después, en la llamada del 15 de julio, Villar le explicó a Bivins que Pino no podía seguir enviando dinero porque sabía que el FBI lo estaba vigilando.
Tras la conversación, Pino y Villar hablaron brevemente por WhatsApp, pero el contenido de esa llamada permanece en secreto, ya que el suicidio de Pino puso fin a las acusaciones en su contra.
Hacia el final de su conversación con Bivins, Villar expresó un optimismo que parecía desconectado de la realidad: "Cuando esto termine, ya sabes que todo va a estar bien".
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