Se veía venir y ahora ya está confirmado. Cuba no alcanzará los 3 millones de turistas que se había puesto como objetivo para 2024, según confirmó a Granma el ministro de Turismo, Juan Carlos García Granda.
Y eso ocurre pese a que el esfuerzo inversor del régimen cubano lleva años concentrado en el sector turístico, que no se recupera en la Isla desde la pandemia de la Covid 19. Sin embargo, la prensa oficialista no indaga en las causas de la caída de la llegada de visitantes a Cuba en un momento en que países como República Dominicana, competidor directo, ha batido récords con el arribo de 5 millones de visitantes en los primeros cinco meses de este año.
Lo que sí sabemos es que la crisis del turismo en Cuba no se debe a que no hay infraestructuras. La Isla dispone de 80 mil habitaciones hoteleras, el 75% de ellas, de 4 y 5 estrellas, gestionadas por 18 cadenas. Además, se mantienen operativas 57 aerolíneas de 32 países y hay 24 empresas mixtas dedicadas a la construcción de nuevos hoteles. De ellas, cuatro se dedican en exclusiva al desarrollo inmobiliario y 15 ejecutaron inversiones y están en operación. De estas últimas, la mayoría (13) funcionan bajo contratos de Administración y Comercialización y representan 4.705 habitaciones en operación.
Actualmente hay aprobados 128 contratos de Administración y Comercialización Hotelera y de Servicios con 18 gerencias extranjeras para la administración de 153 hoteles con 56.928 habitaciones. O sea, gestionan el 65% del total existente en el país.
Modelo sol y playa obsoleto
Está claro que el modelo turístico cubano ya no tira del carro de la economía. Por eso el ministro de Turismo confía en salir del atolladero diversificando la oferta y apostando ahora por el turismo de naturaleza y aventuras; el cultural e histórico-patrimonial; el de eventos e incentivos y el de salud, sin dejar de lado el tradicional de sol y playa.
Como suele ocurrir en Cuba, las previsiones para el futuro siempre son más halagüeñas que el presente. De hecho las autoridades confían en que un país como España, donde el precio de la vivienda se ha disparado y se está comiendo los ingresos de las familias, sea uno de los principales emisores de turistas en 2025. Las llegadas están previstas a través de la ruta Madrid-Santa Clara, del 19 de junio al 11 de septiembre, y como novedad, la ruta desde Barcelona a Santa Clara, en julio y agosto.
El régimen cree que noticias como el apagón masivo de octubre, que afectó incluso a hoteles, sean un revulsivo para la llegada de turistas a Cuba. También cuenta con que las continuas protestas en las calles, la exhibición de la represión policial y la inseguridad ciudadana no disuadan a quienes están planeando sus vacaciones en el Caribe.
A corto plazo, Cayo Largo no recibirá turistas hasta el 4 de diciembre de este 2024, con la esperanza de que la temporada alta, que empieza el mes que viene, le dé oxígeno a una enclenque economía de guerra.
Queda por delante la recuperación de los campismos de Artemisa, afectados por el paso del huracán Rafael. Asimismo el hotel Marea del Portillo, en Pilón, Granma, no estará abierto hasta el 15 de diciembre debido a las afectaciones sufridas por los terremotos de 6 grados que afectaron el 10 de noviembre a la zona oriental cubana.
Para esta temporada, el ministro de Turismo ha anunciado "dos nuevos productos": Resonance y Blu, de la cadena hotelera Blue Diamond. Por su parte, la responsable de Comunicación del Mintur, Yadira Ramírez, habla del estreno de Vila Galé Hotéis de Portugal, con un primer resort en administración en Cayo Paredón (centro-norte), según recoge el diario oficialista La Demajagua.
Ramírez también menciona nuevos productos hoteleros para la temporada alta 2024-2025. Entre ellos cita el Hotel Iberostar Selection La Habana, Hotel Sierra Cristal, en Ramón de Antilla, Gran Muthu Ensenada y Starfish Guardalavaca, en Holguín, y Muthu II Frente, en Santiago de Cuba.
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