Una anciana cubana de Puerto Padre, en Las Tunas, se encuentra viviendo en pésimas condiciones desde el paso del huracán Irma.
Ramona Molina, que quedó sin casa desde que Irma azotara Cuba en el año 2017, pasa sus días en una vivienda de tablas, con filtraciones, con piso de tierra y un baño a las afueras del lugar.
El gobierno cubano en más de una ocasión le ha prometido una casa, sin embargo, hasta el día de hoy todo ha quedado en palabras.
Historias similares a esta, desgraciadamente, se repiten a lo largo y ancho de la Isla, donde el problema de la vivienda constituye a un mal que aqueja a muchos ciudadanos.
Recientemente se hizo público el testimonio de Fabio y Silvia, una pareja de ancianos que viven en una casa que literalmente se les está cayendo encima; la pensión no les alcanza para vivir y a diario él hace un recorrido por la basura en busca de materias primas o de cualquier cosa que les pueda servir "para conseguir comida".
Hace unas semanas también se denunció el caso de Caridad Martínez Álvarez, de 75 años, quien vive en la calle luego de que un ciclón le tumbara su casa del Cerro hace ya unos años.
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