Ya se sabe: decepcionado por la mala temporada del Atlético, Antoine Griezmann se ha ofrecido a varios grandes de Europa, entre ellos el mismo Barcelona al que renunciara tiempo atrás en un documental que le dio la vuelta al mundo.
El problema inicial salta a la vista. El francés resulta del agrado del presidente Bartomeu, pero la dirección deportiva catalana no considera prioritario su fichaje, alegando que el equipo busca un atacante de perfil diferente. Esto es, algo del tipo Luka Jovic.
“Es un tema que se le escapa a la mayoría de la gente del club. El tema Griezmann es algo que lleva directamente al presidente”, han llegado a decir algunas fuentes citadas por ESPN.
Tanto es el interés del galo por pasarse a un equipo de mayor calado que, incluso, consideraría bajarse el sueldo, a tenor con la información aportada por Mundo Deportivo. Sin embargo, ello no exoneraría al Barcelona de pagar los 120 millones de su cláusula de rescisión, y es ahí donde todo se complica.
Al menos dos jugadores importantes tendrían que abandonar el club para hacerle hueco a Griezmann. ¿Candidatos? Todo indica que no los hay más claros que Philippe Coutinho y Samuel Umtiti.
El brasileño no acaba de cuajar. Es más, ni se parece al futbolista fino y atrevido que brilló con el Liverpool, y por eso ha perdido la titularidad en favor de Ousmane Dembelé. El defensa francés, en tanto, ha sido víctima de las lesiones y se mantiene firme en la postura de esquivar el quirófano, algo que no ha sentado bien en las oficinas del Camp Nou.
Lo cierto es que a la par de un lateral izquierdo capaz de dar descanso a Jordi Alba, el equipo requiere un delantero que secunde a Luis Suárez. Adquirir a Boateng, como siempre estuvo claro, fue un disparate proverbial. Y con Jovic no hay nada seguro todavía, como tampoco con los demás “tapados” que manejan los encargados de las contrataciones azulgranas.
Entonces, ¿desembarcará Griezmann finalmente en la Ciudad Condal? ¿Renunciará el Barça a su fichaje más sonado de los últimos tiempos y a un central campeón del mundo? ¿Qué pesará más, el interés de Bartomeu o los criterios de la dirección deportiva?
Sospecho que la respuesta la tendremos pronto.
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