El mandatario cubano Miguel Díaz-Canel aseguró que “a los jóvenes que protestaron en San Isidro no se les ha tocado un pelo”. Su afirmación se ha llevado una ola de críticas luego de que salieran a la luz imágenes inéditas del violento allanamiento a la vivienda de Damas 955, sede del Movimiento.
El Estornudo publicó un video filmado desde el interior de la sede del MSI que muestra cómo los agentes de la policía política, disfrazados de médicos, entraron violentamente a la casa y arrestaron a las personas que se encontraban dentro.
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El video es tan claro como la mentira de Díaz-Canel, recogida en un reportaje de la Televisión Cubana sobre un acto político al que el presidente dice haber llegado por "casualidad".
Durante su intervención ese día, dijo otras mentiras y omitió que las viviendas de los manifestantes de San Isidro permanecen sitiadas desde que fueron sacados a la fuerza de la casa de Luis Manuel Otero en La Habana Vieja.
Díaz-Canel, quien contó que se acercó al lugar para apoyar a los jóvenes, ha sido incapaz de darle el rostro a los que se manifestaron el 27 de noviembre frente al Ministerio de Cultura.
Acusó, sin pruebas, a una parte de los manifestantes del 27N de integrar un proyecto anexionista con Estados Unidos y omitió que una buena parte de las 32 personas que entraron a dialogar al Ministerio de Cultura también han sido vigilados, acosados e impedidos de salir de sus casas para evitar que se reúnan.
La mentira ha sido el arma predilecta del gobierno cubano y sus medios oficiales. El poder ha querido tejer una trama conspirativa que involucra mercenarios terroristas y agentes de la CIA una vez que se les fue de control la protesta pacífica emprendida por una parte de la sociedad civil cubana.
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