La historiadora del arte, curadora y activista cubana Anamely Ramos dio en Facebook su opinión sobre los sucesos ocurridos el pasado 27 de enero, cuando el Ministro de Cultura cubano, Alpidio Alonso, acompañado de otros funcionarios y agentes de la Seguridad del Estado agredieron a un grupo de jóvenes artistas que pedía diálogo a las autoridades.
Desde México, a donde llegó a mediados de este mes para cursar estudios de doctorado en la Universidad Iberoamericana, Ramos consideró que "lo único inadmisible de los sucesos del ministerios el 27 de enero no es el manotazo del ministro Alpidio Alonso. Eso solo ya bastaría para su dimisión y su vergüenza porque significa, además de su vulgar comportamiento, un desconocimiento y desprecio por lo que significa ser un servidor público. Pero lo que ocurrió inmediatamente después es todavía más grave: él y los otros funcionarios se quedaron mirando y hasta ayudaron en la golpiza que militares de civil le propinaban a esos jóvenes. Golpiza, literalmente, con un saldo que incluye personas con moretones, arañazos, hasta un yeso para Alfredo Martínez, que le fracturaron el dedo".
"Esas no son especulaciones, son hechos. Y los recalco para que sepan todos los que están justificando y apoyando, que están justificando y apoyando una golpiza a ciudadanos cubanos!", agregó.
La activista cubana, que estuvo entre los huelguistas de hambre del Movimiento San Isidro, también protestó contra lo que considera "mentiras y manipulación", en referencia a opiniones de artistas y funcionarios afines al régimen cubano, que reprocharon a los manifestantes no querer dialogar.
"Ellos dicen que lo que demuestra que no querían dialogo es que no pasaron al Mincult cuando se les dijo. Lo que no dicen es que ellos habían ido más temprano y Fernando Rojas los mandó a irse, a pesar de que le explicaron de la emergencia por las detenciones de Camila Acosta, Tania Bruguera y Katherine Bisquet. Ellos no fueron a provocar, fueron a pedir a los funcionarios, que deben representarlos, que hicieran algo por sus colegas. Después detuvieron más personas. Y los rodearon de policías. Entonces: era una invitación a pasar al Ministerio? Porque yo veo una clara amenaza en esa invitación, los sucesos posteriores lo confirman", aseguró Ramos en su muro de Facebook.
"¡Invitación con escopeta!", agregó.
"Si ellos entraban encubrían una vez más esos métodos de intimidación y coacción a los que nos han acostumbrado. Encubrían la doble moral que nos lacera. Si entraban, estarían reafirmando otro mal de la política cultural cubana: el diálogo a puertas cerradas que se ha tenido con los intelectuales, esa especie de burbuja del arte, que crece de espaldas al verdadero y amplio civismo que tenemos que regenerar", dijo la activista.
"¡No más “diálogo” mientras haya personas presas arbitrariamente! ¡No más “diálogo”, con los policías afuera, esperando, por si acaso no se produce el control por las buenas!, concluyó, tras sumarse al pedido de dimisión del ministro que recorre esta semana las redes sociales cubanas.
El pasado 28 de enero, Ramos acudió, acompañada del periodista cubano José Raúl Gallego, a ofrendar un ramo de flores a la estatua de José Martí ubicada en el complejo cultural homónimo en el centro de Ciudad de México.
“Hoy temprano fui a poner flores a Martí, se me metió en la cabeza que eso me ayudaría a sanar la tristeza e indignación de ayer, y a reconectarme espiritualmente con los amigos", dijo.
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