Alrededor de medio centenar de cubanos esperaban bajo la lluvia este miércoles para entrar a una de las oficinas de la compañía FINCIMEX –entidad financiera que administra la entrega de remesas en Cuba- y adquirir las tarjetas con las que se compra en las nuevas tiendas en divisas creadas por el gobierno.
En el municipio Playa, justo en el reparto Miramar, un grupo de personas se concentraban debajo de los paraguas, olvidándose de las medidas de distanciamiento que exigen las autoridades sanitarias para evitar un contagio de coronavirus.
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Un video enviado a la redacción de CiberCuba muestra que ni las intensas lluvias que han abundado por estos días, ni el riesgo de una posible infestación por COVID-19 en la única provincia que permanece en primera fase de recuperación, han logrado persuadir a la población para quedarse en casa.
La escasez de alimentos y de artículos de aseo que atraviesa el país es tan grave que la ciudadanía se ha volcado a tratar de comprar, pese a los elevados precios de los productos en moneda fuerte.
El pasado lunes 20 de julio, día en que los locales abrieron sus puertas en todo el país, en La Habana las personas amanecieron en colas –y en no pocos casos en aglomeraciones– frente a las oficinas del Banco Metropolitano.
Usando nasobucos pero sin respetar la distancia establecida, en el Banco Metropolitano ubicado en la calle Línea, en el municipio Plaza, los interesados esperaban su turno para abrir cuentas en Moneda Libremente Convertibles (MLC) y de esa forma poder comprar con las tarjetas magnéticas.
Escenas similares se vivieron en otras provincias como Santiago de Cuba, donde la jornada comenzó también con filas para acceder a los nuevos locales de compra creados por el régimen.
Peor suerte corrieron los clientes del Banco Popular de Ahorro (BPA), que ahora mismo no tiene disponibilidad de tarjetas en MLC, y que el lunes tuvo que enviar a sus usuarios hacia otras instituciones bancarias para efectuar su gestión.
“En medio de la contingencia sanitaria planteada por la COVID-19, el BPA hizo gestiones para adquirir una mayor cantidad de ejemplares de esos soportes, pero las mismas no han llegado. Las tarjetas están compradas, pero no han podido llegar al territorio nacional”, declaró Emelina Báez Abrahantes, directora provincial de BANDEC en Villa Clara, a la emisora provincial CMHW.
Los altos precios de los alimentos que se ofertan en las nuevas tiendas han indignado a la población, que ha visto con horror cómo, por ejemplo, unos espárragos cuestan 68 dólares, en un país donde el salario medio mensual es de 40 dólares.
Sin embargo, lo que más ha molestado es la sensación de que se han burlado del pueblo, luego de tantos meses de escasez y penurias, al ver ahora tiendas surtidas donde hay todo tipo de productos, ninguno de los cuales es de producción nacional.
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