La activista cubana Anamely Ramos denunció ayer que la detención de las artistas Tania Bruguera y Sandra Ceballos demuestra que Cuba está viviendo una ola de terror. "Es terrible cuando la mano de la violencia de Estado se naturaliza", escribió en sus redes sociales.
La curadora de arte, miembro del Movimiento San Isidro, defendió el prestigio internacional y nacional de ambas artistas. Ceballos (Guántanamo 1961) ha hecho talleres en Casa de las Américas y la Fototeca de Cuba. Además, hay obras suyas en el Museo Nacional de Bellas Artes, de La Habana. Por su parte, Bruguera (La Habana, 1968) ha expuesto en la Tate Modern, en el Museo de Arte Contemporáneo de Chicago o en la sala Wifredo Lam, de La Habana.
Para Anamely Ramos es inaceptable que tanto Bruguera como Ceballos sean sometidas a detenciones arbitrarias y hostigamiento por parte de las autoridades comunistas cubanas.
Ambas fueron secuestradas ayer viernes por hombres vestidos de civil cuando se dirigían a celebrar la festividad de Santa Bárbara. Este sábado Bruguera fue puesta en libertad tras ser sometida a un interrogatorio que busca identificar un líder del 27N.
"Es absolutamente inadmisible que estas dos artistas mayúsculas sean tratadas de esta manera, sobre todo, si valoramos la labor que ambas han realizado en pos de la cultura y la memoria en Cuba", señaló.
Sin embargo, en opinión de Anamely Ramos, lo peor de todo es el silencio del Ministerio de Cultura y de las autoridades con las que hasta hace unos días, Tania Bruguera estaba al habla.
Ella fue una de los 30 artistas que se reunieron con el viceministro de Cultura, Fernando Rojas, el pasado 27 de noviembre cuando un grupo de más de 400 intelectuales cubanos se concentró a las puertas del MINCULT, exigiendo al Gobierno del Partido Comunista libertad de expresión, de creación y respeto al disenso.
Apenas 24 horas después del compromiso oficial a entablar un diálogo con el MINCULT, continuó el hostigamiento a los artistas y Bruguera señaló que se habían incumplido al menos 3 de los 5 acuerdos alcanzados tras horas de reunión.
"Que permitan algo así (el secuestro de Bruguera y Ceballos), es una muestra de la mayor inmoralidad por parte de ellos", concluyó Ramos, que adjuntó estas palabras al post de la hermana de Tania Bruguera, denunciando que su hermana está en paradero desconocido.
Un noviembre distinto en Cuba
Anamely Ramos es una de las 14 personas que permaneció recluida en la sede del Movimiento San Isidro, en la calle Damas 955, de La Habana Vieja, entre el 19 y el 26 de noviembre, cuando la Seguridad del Estado desalojó por la fuerza la casa de Luis Manuel Otero.
El grupo de los 14 de San Isidro protestaban primero pidiendo el cierre de las tiendas en MLC y luego exigiendo la liberación del rapero Denis Solís, condenado a ocho meses de cárcel por desacato a un policía que entró por la fuerza en su casa sin una orden judicial.
El jueves 26 de noviembre, sobre las 21:00 horas, las autoridades cubanas cortaron la conexión a Internet con la esperanza de que nadie pudiera transmitir en directo el desahucio de los miembros del MSI so pretexto de que el periodista Carlos Manuel Álvarez se había saltado la cuarentena del coronavirus establecida en el país tras llegar a Cuba procedente de México y EE.UU.
Esa supuesta acción sanitaria quedó desacreditada cuando los vecinos de la zona fotografiaron a los agentes que formaban parte del operativo para el desalojo violento de San Isidro con las mascarillas quitadas.
Los 14 desalojados fueron distribuidos por sus casas, a excepción de Ramos y Luis Manuel Otero Alcántara. Ella fue detenida cuando intentó pasar a recoger sus pertenencias por Damas 955 y él fue ingresado en el hospital Fajardo, adonde fue trasladado por la Seguridad del Estado.
Lo que no esperaba la Policía política cubana es que el viernes 27 de noviembre, pasadas las 11:00 am, empezaran a congregarse artistas, actores e intelectuales cubanos en las afueras del Ministerio de Cultura, en señal de solidaridad con el Movimiento San Isidro, pero también exigiendo espacios de libertad en Cuba.
Poco a poco, la sentada de un puñado de artistas frente al MINCULT se convirtió en una concentración de hasta 400 personas, que forzaron a las autoridades cubanas a dialogar.
Tras la protesta histórica del 27N, se han incrementado en Cuba las detenciones arbitrarias y el hostigamiento a quienes piensan diferente . Incluso desde la prensa estatal se alienta a quienes piden al Gobierno que levante la moratoria de la pena de muerte para aplicarla a los miembros del Movimiento San Isidro, a quienes acusan de terrorismo, sin presentar más pruebas que dos recortes de post publicados en redes sociales.
El clima de insatisfacción en Cuba va en aumento y cada vez son más los cubanos que desde el anonimato se lanzan a protestar en las calles reclamando espacios de libertad y el fin de la represión.
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