El ministro de Cultura de Cuba, Alpidio Alonso, reafirmó en Twitter su negación al diálogo con los manifestantes pacíficos que este miércoles intentaron conversar en La Habana con funcionarios de esa cartera, siendo atacados violentamente.
“Otra vez sabotean el diálogo. El Ministerio de Cultura no aceptará presiones de mercenarios. Los revolucionarios entendemos de razones, no de coacción”, aseguró el titular en la red social.
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“No permitiremos que empañen el homenaje de la Nación Cubana a José Martí”, enfatizó en su publicación, a la que acompañó con las etiquetas #Cubaesnuestra #Martíennosotros y #CubaViva, y con una ilustración que reza “Viva la Revolución” debajo de una estrella roja con hilos de ese color corriendo como sangre.
“Si el ministro de cultura se enrolla a golpes en plena calle como vecina de barrio pierde todo derecho moral para acusar ni exigir. Civismo es lo que le falta y su actitud bochornosa, gran homenaje vulgar al maestro en su aniversario”, le responde una internauta.
“Tenga vergüenza y renuncie.. Está filmado.. Aunque golpea a una mujer públicamente... No hay consecuencia para usted.. Personajillo de tercera”, señala otra.
“Pienso que debes renunciar tras agredir a los jóvenes, un ministro debe dar el ejemplo para dialogar, sino puedes contenerte y ser violento entonces no puedes ocupar ese cargo”, asegura un tercer usuario.
La declaración de Alonso en redes sociales está a tono con otra publicación del Ministerio de Cultura (MINCULT) donde calificó de provocación "contrarrevolucionaria" protagonizada por "mercenarios" los sucesos ocurridos este miércoles, los cuales parecieron ocasionar que el gobierno cortara el acceso a internet desde los teléfonos móviles en toda una orquestación autoritaria junto a la empresa estatal de telecomunicaciones ETECSA.
El MINCULT no se retractó en absoluto de cómo había enfrentado con violencia la situación. Alonso y otros funcionarios llegaron a agredir físicamente a los manifestantes. El organismo, en cambio, se quejó de que, durante las más dos horas que duraron esos incidentes, “lo medios pagados por el gobierno estadounidense estuvieron comentando en vivo lo que sucedía y reforzando la matriz provocadora de los contrarrevolucionarios”.
Luego de la arremetida de los funcionarios, la policía política entró a actuar, deteniendo a todos los manifestantes frente a la sede del MINCULT en La Habana, quienes pretendían entablar un diálogo con las autoridades respecto de varias detenciones a artistas y activistas. A los jóvenes se les había ordenado que se marcharan del lugar, so pretexto de la situación sanitaria por el coronavirus y las regulaciones frente a las multitudes de personas.
Sin embargo, tras los actos represivos y la detención de los protestantes, el ministro Alonso habló justamente ante una aglomeración de personas, varias de ellas en edad de riesgo, que lo aplaudían mientras el titular se refería a lo acontecido como “un showcito mediático”.
“Aquí estamos trabajando demasiado, para que vengan con este tipo de provocación. No respetan a todo el movimiento artístico de este país que es revolucionario”, expresó el ministro mientras se le corría la mascarilla e intentaba acomodársela.
“Si vienen en un tono como el de ahora, van a encontrar la respuesta enérgica de nuestra gente”, advirtió Alonso y luego se retiró entre vítores y exclamaciones de “Viva Fidel”.
Otros funcionarios del MINCULT hicieron publicaciones contra las intenciones de los manifestantes y apoyando la reacción violenta de las autoridades.
“POR LAS MALAS, NO PASARÁN. Trabajadores del MINCULT enfrentan provocación contrarrevolucionaria y reafirman disposición al diálogo sin condicionamientos ni chantajes. Se les invitó a pasar varias veces, pero no era su interés. Sin respeto no hay diálogo posible”, dijo en Twitter el viceministro de Cultura, Fernando Jacomino.
El también viceministro del ramo, Fernando Rojas dijo en la misma plataforma como respuesta a un usuario: “Tres veces les pedí reunirnos. No aceptaron y provocaron. Y todo el tiempo con el apoyo de los medios pagados por EE.UU. Respondieron los trabajadores del Ministerio. Si vamos a hablar, hablemos. Las provocaciones no se aceptan”.
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