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La comunidad de artistas y activistas agrupadas en torno al 27N publicó un Manifiesto en el que recoge ideas fundamentales para el cambio en Cuba.
Nacida el 27 de noviembre de 2020 como una comunidad de artistas e intelectuales que exige libertad de expresión y el fin de la represión, el Manifiesto publicado este lunes expresa que “Cuba requiere un cambio, y para ello necesita construir una ciudadanía más participativa y con mayor grado de conciencia de que el futuro político y económico de este país depende de nosotros mismos”.
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“Queremos un país inclusivo, democrático, soberano, próspero, equitativo y transnacional”, declara el Manifiesto en un epígrafe titulado ‘El país que soñamos’, en el que definen una serie de visiones de país que se enuncian tanto los males que aquejan al país y la ciudadanía, como los objetivos que declaran perseguir quienes suscriben el documento.
“Deseamos una nación donde expresarse libremente no constituya un acto de valentía, sino que sea una consecuencia natural del pensamiento autónomo. Donde no exista el odio político, la violencia policial, la represión, la censura, la manipulación mediática, la violación de la privacidad, los actos de repudio; en fin, las prácticas abusivas de poder ejercidas por una dirección política centralizada, militar y partidista, que discrimina y anula a quienes disienten, violando sus derechos humanos”, manifiesta el 27N.
Para iniciar la construcción de ese proyecto de cambio, el documento plantea los siguientes objetivos: 1) Promover la participación ciudadana para la reivindicación de derechos; 2) Crear, fortalecer y promover condiciones para la creación de consensos; y 3) Promover la legalización del posicionamiento independiente.
“Buscamos reivindicar derechos y libertades vulnerados por el poder político en Cuba y refrendados constitucionalmente. Para ello son imprescindibles la participación ciudadana y el ejercicio de la libertad personal ante la censura, la represión y cualquier intento de someter al pueblo cubano a la voluntad de un gobierno autoritario y excluyente”, indica el Manifiesto en relación con su primer objetivo.
El trabajo en equipos multisectoriales y el diálogo entre los diversos actores de la sociedad civil cubana “para encontrar preocupaciones, intereses y estrategias comunes”, forma parte de las ideas que dan cuerpo al segundo objetivo planteado por el 27N: “colaborar unos con otros y avanzar unidos —desde la diversidad de cada cual— en la construcción de un mejor país”.
“Haciendo valer el derecho al libre asociacionismo, reclamamos y ejercemos el derecho a crear espacios públicos y privados, físicos y virtuales, que permitan una mayor autonomía colectiva y personal”, reivindica la comunidad de artistas e intelectuales agrupados en el 27N.
Legitimar la discrepancia y la libertad de pensamiento “como vital ejercicio para evitar la inmovilidad, la corrupción y el mal actuar de los funcionarios” forma parte de los reclamos del documento.
Asimismo, aboga por “leyes que garanticen nuestro derecho a desarrollarnos como una sociedad heterogénea, donde las leyes creadas para beneficio de la mayoría no restrinjan ni desconozcan los derechos de las minorías. No somos enemigos, sino cubanos que soñamos una Cuba mejor que legar a nuestros hijos, que sea con todos y para el bien de todos”.
“Aspiramos a trabajar por una sociedad con justicia social y bienestar, donde cada cubano pueda vivir en su país con el fruto de su trabajo, donde se liberen las fuerzas productivas y se sustituya el parasitismo burocrático por un funcionariado capaz y proactivo. Que dejemos atrás la miseria y el desabastecimiento impuesto por la incompetencia del sistema imperante, y estén garantizados los derechos a una vida digna, con garantías –entre otras cosas– para la salud y la educación pública”, expresa el Manifiesto.
En ese sentido, el texto del Manifiesto del 27N enuncia 4 demandas fundamentales:
1) Libertades políticas (libertad de expresión, de creación, de protesta o manifestación pacífica, de representación y participación política, de asociación y movilidad, entre otras como la liberación de los prisioneros de conciencia y el cese de la represión contra quienes piensan diferente).
2) Libertades económicas (todo ciudadano tiene derecho a las distintas formas de participación económica, de propiedad y gestión, así como el de disfrutar de un trabajo digno y de los frutos que este genere). “Reconocemos el rol de la iniciativa privada y del ejercicio de libertades económicas que posibiliten el impulso de las capacidades productivas y sean generadoras de bienes y servicios esenciales para el desarrollo de la nación”.
3) Legalización de medios de comunicación independientes (el Estado cubano debe legalizar los medios de prensa llamados independientes, para que puedan alcanzar personalidad jurídica y registrarse como tales).
4) Derecho de asociación: “Entendemos que el derecho de asociación es imprescindible para conseguir una verdadera participación ciudadana en los procesos económicos, sociales y políticos del país”.
“Con la convicción de que ganar estos derechos comienza por la voluntad de defenderlos con valentía, instamos a todos los cubanos, dentro y fuera de Cuba, a la unión y a la paz, al entendimiento y a la comunicación, a la búsqueda de la verdad, expresando lo que pensamos y sentimos, defendiendo solidariamente a quienes son reprimidos y difamados por expresarse libremente. De un acto de solidaridad nació el 27N y continúa vivo por su sentido de responsabilidad, creando y sumando, por el derecho a tener a tener derechos y para que el amor y la poesía unan a este pueblo”, concluye el Manifiesto.
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