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El general cubano Rafael Moracén Limonta (Palma Soriano, 1939 - La Habana, 2022) fue el más angoleño de los jefes militares cubanos y quien, hace casi 45 años, protegió al entonces presidente Agostinho Neto del golpe de estado organizado en su contra por los también dirigentes del Movimiento Popular de Liberación de Angola (MPLA) José Van Dunem y Nito Alves, que intentaron derrocarlo, acusándolo de priorizar su riqueza personal por encima de los intereses del pueblo.
Un hijo de Van Dunem y otros huérfanos de los asesinados aseguraron, hace dos años, que tropas cubanas desplazadas a Angola habían participado en los fusilamientos de los golpistas, extremo que no ha ido confirmado oficialmente por el actual presidente, João Lourenço, que ordenó una investigación sobre la masacre, ofreció disculpas institucionales y limpió la administración de fieles a su antecesor, José Eduardo Dos Santos, empezando por sus enriquecidos hijos.
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La anécdota de la asonada de mayo de 1977 la protagonizó Moracén. Una vez neutralizado el golpe y haber tomado la Radio Nacional, cumpliendo órdenes del presidente, se puso a leer un comunicado en portugués, idioma que aprendió en sus andanzas junto a Neto y otros dirigentes del MPLA desde 1965, en el entonces Congo Belga; pero la tensión del momento provocó que soltara una frase en español y acabó leyendo la proclama en su idioma natal.
Sin embargo, no sería su primera acción contra un golpe de estado, pues ya había participado -bajo las órdenes de Jorge Risquet Valdés- en la derrota de una asonada golpista en el Congo Brazaville contra el primer presidente, tras la independencia de Francia, Joseph Kasavubu, quien acabó siendo derrotado, meses más tarde por Joseph Désire Mobutu, que creó la República de Zaire, gobernó dictatorialmente durante 32 años y se opuso a los planes soviético-cubanos en África Austral, apoyando al prochino Jonás Savimbi en Angola.
Moracén y Neto se conocieron en un hospital de campaña en Cabinda, donde el cubano fue ingresado con paludismo y el futuro presidente angoleño lo atendió como médico, trabando una amistad que duraría hasta la muerte del segundo, pese a que "quitafusil" no volvió a Angola hasta finales de 1975, tras una incursión, como jefe de batallón de tanques en Siria, adonde llegó en 1973.
Destinado inicialmente a la jefatura del batallón de tanques de Cabinda, a los pocos meses, el entonces ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), Raúl Castro Ruz, lo nombró jefe de la Unidad Especial de Protección del presidente angoleño, responsabilidad que conservó hasta 1982, prestando igual servicio al mandatario Dos Santos.
En la derrota del golpe de estado contra Neto, Moracén envió tanques de su batallón al ya fallecido general Jesús Bermúdez Cutiño que, años después, salvó la vida de Dos Santos, escondiéndolo en una casa de seguridad en el entorno de la residencia presidencial, un pasaje apenas conocido de la dilatada presencia castrista en Angola.
Además de los militares Abelardo Colomé Ibarra y Bermúdez Cutiño, el civil y luego ministro en Cuba, Levy Farah Balmaseda (también fallecido), participó en la neutralización del golpe de estado de 1977, al mando de sus subordinados de la Empresa Constructora del Caribe (UNECA), aún presente en Angola.
El general de brigada (r) Rafael Moracén Limonta, que acaba de ser incinerado en La Habana, llegó a Angola en 1965 y su última misión allí concluyó en 1998, como agregado militar de Cuba; con intervalos para guerrear en Siria y estudiar en escuelas militares.
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