El subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, declaró este miércoles que no hay pruebas para atribuir "síndrome de La Habana" a un actor externo.
"No hemos identificado ninguna causalidad externa en los incidentes anómalos de salud", dijo Nichols en una entrevista exclusiva para una nueva serie del podcast "Conspiracyland" de Yahoo News. La serie, títulada "La extraña historia del síndrome de La Habana" relata cómo se tensaron las relaciones entre Estados Unidos y Cuba tras detectarse los primeros casos de diplomáticos con daños de salud.
El jefe de las relaciones con Latinoamérica en el Departamento de Estado pareció contradecir las afirmaciones que otros funcionarios y legisladores han hecho sobre este tema, y puso en tela de juicio las denuncias de padecimientos del síndrome en unos 1,100 estadounidenses, mayormente diplomáticos, sobre el hecho de que las dolencias hayan sido provocadas por un factor externo.
Las palabras de Nichols llegan en momentos en que deben entregarse las compensaciones prometidas por el gobierno estadounidense a las víctimas de las raras lesiones cerebrales causadas por el "síndrome de La Habana".
Este año la CIA y el Departamento de Estado iniciaron los acuerdos de las compensaciones a funcionarios que demostraron tener afectaciones, con cantidades de hasta 200 mil dólares en algunos casos. Lo hicieron respaldados por la Ley de La Habana, aprobada por el Congreso en 2021 y firmada por el presidente Joe Biden.
Las declaraciones de Nichols, quien supervisa la política hacia Cuba en el Departamento de Estado, han hecho crecer el escepticismo sobre la premisa de la ley, que era el reconocimiento de que los síntomas asociados con el "síndrome de La Habana" pueden vincularse a ataques hostiles de una potencia extranjera.
Las primeras revelaciones sobre el "síndrome de La Habana" decretaron la salida del 60 por ciento del personal diplomático de la embajada de Estados Unidos en La Habana por decisión del presidente Donald Trump, en octubre de 2018, y la paralización de las actividades consulares en esa sede diplomática hasta el pasado mayo.
Pero hasta el momento, las investigaciones no hay arrojado un resultado científico concluyente sobre el "síndrome de La Habana", que desde 2017 habría afectado a personal diplomático y funcionarios estadounidenses en unas 70 embajadas y dependencias gubernamentales, incluyendo Washington DC.
El director de la CIA, William Burns, dijo en enero que la agencia no ha encontrado a ningún actor extranjero, ni siquiera Rusia, que sea responsable de dañar a los funcionarios estadounidenses. Añadió que la mayoría de los casos del síndrome podrían atribuirse a factores ambientales y médicos alternativos.
El gobierno estadounidense se refiere formalmente a los síntomas del "síndrome de La Habana", como "incidentes de salud anómalos ( AHI)". Los síntomas incluyen escuchar ruidos fuertes y penetrantes seguidos de mareos, intensos dolores de cabeza, fatiga, vértigo y algunos casos de lesiones cerebrales, entre otros.
La CIA señaló que muchos de los casos informados podrían atribuirse a factores aleatorios como la proximidad a un cableado eléctrico defectuoso e incluso la exposición a un repelente de plagas ultrasónico diseñado contra roedores.
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