La torrefactora de café de Villa Clara, ubicada al centro del país, no trabaja desde hace meses debido a la falta de materias primas, con una deuda de dos meses del producto, que se vende a la población de manera racionada en la canasta básica.
Armando Pozo, director de la empresa, reveló que desde hace semanas no han podido producir café y temen que la escasez se prolongue aún más.
El problema radica en la ausencia de café en el mercado local, dijo a la emisora de radio CMHW.
Pozo señaló que las condiciones climáticas adversas y los problemas logísticos afectaron tanto la entrega de café proveniente de la agricultura local como las importaciones del extranjero.
Esta situación dejó a la torrefactora sin existencias y llevó a la paralización de su producción, acotó.
En medio de la crisis, han tenido que pedir ayuda a otras torrefactoras del país para completar los planes de producción de meses anteriores, de ahí que ahora mismo no sean capaces de entregar "ni una taza de café".
La planta procesadora, que solía ser un hervidero de actividad, ahora se encuentra en completo silencio. Los trabajadores, preocupados por su futuro y el cumplimiento de las deudas con los clientes, esperan ansiosos la llegada del grano que permita reiniciar la producción.
En un intento por encontrar soluciones, se cuenta con un suministro de café liberado en la zona oriental del país, que pudiera permitir arrancar con la producción, pero se desconoce cuándo.
Pozo prometió que harán todo lo posible por distribuir el café pendiente de mayo y junio, y que se corresponden con la cuota racionada que se vende en las bodegas estatales.
Esta no es una situación exclusiva de Villa Clara, otras provincias del país pasan por una crisis similar y los ciudadanos deben esperar más de la cuenta para comprar el tan ansiado producto, símbolo también de cubanía e identidad.
Aunque el café que le venden a la población no es puro, sino resultado de una mezcla con chícharo, sigue siendo demandado entre la población y su escasez provoca preocupación y ansiedad en muchos.
Por más que el gobierno cubano ha insistido en el pasado en alcanzas niveles de producción de café que permitan no depender de las importaciones, se deben destinar millones de pesos en adquirir este grano en el mercado internacional, mientras que las cosechas nacionales se venden a otros países.
La Tarea Ordenamiento supuso una ruina para empresas estatales cafetaleras, que desde hace dos años y medio solo generan pérdidas económicas, según explicaron expertos en el tema.
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