Un artículo escrito por destacados expertos en enfermedades neurodegenerativas, sugirió que el llamado “Síndrome de La Habana” podía deberse a factores como "trauma emocional y miedo", liberando de responsabilidad nuevamente al régimen de la Isla sobre la aparición de los extraños síntomas.
Sin embargo, no lo exime del todo, ya que los doctores Robert Bartholomew y el Dr. Robert W Baloh, explicaron en el “Journal of the Royal Society of Medicine” que los padecimientos cerebrales podían ser resultado de algo similar a un shock, a causa del estrés y “la incertidumbre de vivir en un país extranjero hostil donde los diplomáticos están bajo vigilancia constante”, refieren medios británicos.
“Un rasgo característico de los síndromes de combate durante el siglo pasado es la aparición de una serie de quejas neurológicas de un sistema nervioso sobreestimulado que comúnmente se diagnostican erróneamente como conmociones cerebrales y daño cerebral”, señala el estudio.
“Como hoy, su aparición inicialmente desconcertó a los médicos hasta que una revisión más cuidadosa de los datos determinó que lo que estaban viendo era una epidemia de enfermedad psicógena. De hecho, algunas de las descripciones de hace 100 años son prácticamente idénticas(…)”, agrega, sugieriendo que un contexto parecido a un enfrentamiento bélico podía haber desencadenado los efectos en el personal diplomático.
El ambiente en que vivieron lo comparan a “una continuación de la Guerra Fría, pasando los días en un país extranjero hostil, donde se sentían bajo vigilancia constante. Los representantes de Estados Unidos en La Habana podían haber experimentado las presiones de estar “en un caldero de estrés e incertidumbre”.
“¿Qué es lo más probable, que los diplomáticos fueran el objetivo de una nueva arma misteriosa para la cual no hay evidencia concreta, o que sufrieran síntomas psicógenos generados por el estrés? La evidencia apunta abrumadoramente a esto último”, explican.
En julio de este año, no obstante, otra investigación determinó que los cerebros de unos 40 diplomáticos de Estados Unidos que trabajaron en la embajada de La Habana, presentaban “una conectividad funcional disminuida en las subredes auditivas y visoespaciales”.
Meses antes, el régimen cubano acusó al gobierno estadounidense de manipular el tema y conventirlo en otro modo de entorpecer las relaciones diplomáticas entre ambos países.
Poco tiempo después, otro estudio divulgó que las afectaciones neurológicas parecían estar relacionadas con una toxina usada en la Isla para fumigación, y no con los “ataques sónicos” de los que sospechaban los diplomáticos.
Mientras tanto, los problemas de salud causados a decenas de estadounidenses y canadienses han continuado dando de qué hablar. Padecimientos como dolores de cabeza, pérdida de audición, náuseas y fatiga comenzaron a manifestarse durante el otoño de 2016, sin que aparezca todavía una explicación definitiva.
¿Qué opinas?
COMENTARArchivado en: