Pudiera pensarse que en su desesperación el gobierno cubano recibiría con los brazos abiertos cualquier dólar o euro que entre al país, pero no es así. Ellos solo quieren las remesas que entran directo en sus cuentas bancarias y bloquean y dificultan la entrada de divisas en efectivo. Los dólares sólo en sus cuentas.
El gobierno no para de criticar las medidas recientes de la administración de Donald Trump contra Fincimex, con sus implicaciones para la compañía Western Union, pero en paralelo y calladamente legislan medidas que limitan el flujo de dinero en efectivo, ya sea mediante mulas, amigos o familiares de los cubanos que viven en la Isla. Las remesas irregulares han sido toleradas y hasta promovidas históricamente por el régimen, pero últimamente parece que les molesta que los cubanos tengan dólares en sus manos.
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Según un reciente decreto oficial, el gobierno de Cuba aumentará la vigilancia a los viajeros que entren y salgan del país de manera repetida con "grandes cantidades" de dólares y podrán proceder al decomiso del dinero, aunque los montos en cuestión sean permitidos por la regulación vigentes.
"Cuando los funcionarios de la Aduana General de la República detecten personas naturales que de manera reiterada importen o exporten Moneda Libremente Convertible, que haga sospechar que se trata de movimientos indebidos de capitales no relacionados con el flujo de viajeros, solicitan al pasajero información adicional sobre el origen o destino de los fondos y proceden conforme a lo establecido para el reporte de operaciones sospechosas a la Dirección General de Investigación de Operaciones Financieras del Banco Central de Cuba", recoge el documento.
Pudiera pensarse que esto es un afán de legalidad del gobierno por controlar el flujo de dinero sucio, o producto de actividades ilícitas, pero todos sabemos que cuando es para "romper el bloqueo" el gobierno no se frena ante acciones de dudosa legalidad.
Desde empresas offshore en Panamá para "evadir el embargo", empresas intermediarias opacas, hasta diplomáticos y funcionarios con maletas llenas de dinero para colaborar con regímenes afines en América Latina, el gobierno cubano lo ha hecho todo.
Tomemos un ejemplo actual, la web aisremesascuba.com gestionada por Fincimex S.A., una empresa cubana, opera un servicio financiero en todo el mundo sin mostrar ni una sola licencia bancaria o de entidad de pagos autorizada en ninguno de los países donde lo hace. Realizar estas actividades en Europa sin una licencia apropiada es ilegal, lo mismo en EE.UU. donde además de una licencia de envío de dinero de cada estado, hay que tener una licencia especial de la OFAC para esta actividad con Cuba. Tanto en Europa como en EE.UU. o Canadá, estas licencias se otorgan a empresas locales que cumplen un sinnúmero de requisitos. Fincimex no es ni empresa local ni cumple con lo establecido en estos países. ¿Es esta web legal?
Entonces no es la legalidad lo que persigue el gobierno, lo que quieren es controlar y canalizar el flujo de divisas hacia sus cuentas, cuentas desde las que no podemos sacar los dólares recibidos, solo comprar en sus tiendas con precios de boutique y calidad de mercadillo. ¿Y cuánto faltará para que estas nuevas tiendas estén como están hoy las que venden en CUC?
El gobierno quiere nuestros dólares, dicen que para reactivar la economía cubana, pero ese cuento lo hemos oído muchas veces, ya no cuela. Ellos quieren que nuestros dólares estén en sus cuentas y no en nuestros bolsillos. Las medidas del gobierno norteamericano les incomodan por eso mismo, porque quieren lo contrario, llevar el dinero de sus cuentas a nuestros bolsillos, algo que el gobierno de La habana no puede permitirse.
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