El huracán Helene se formó como una tormenta tropical en el noroeste del Mar Caribe, intensificándose rápidamente hasta convertirse en un huracán de categoría 1. Avanzó hacia la zona occidental de Cuba, causando derrumbes e inundaciones, y continuó su trayectoria hacia Florida, manteniendo su fuerza e impactando áreas costeras con fuertes lluvias y vientos.